1. Entrega total (capitulo 3)


    Fecha: 24/01/2021, Categorías: Confesiones Autor: cleversex, Fuente: CuentoRelatos

    ... importantes de la multinacional. Ahora era dueño y señor de un ser humano y le encantaba. La cogió por el pelo y tiro de él mientras la morreaba. Sintió el impulso de pegarla otra vez y lo hizo: la colocó para poder hacerlo mejor y empezó a abofetearla. Al rato, la puso a horcajadas sobre su polla y después de metérsela siguió pegándola mientras Marta culeaba desaforada gimiendo y chillando a partes iguales. Después, empezó a darla azotes en su muy enrojecido trasero y a retorcerla los pezones. Instintivamente intentaba protegerse con las manos, y para evitarlo, la ató las manos a la espalda. Durante un par de horas estuvo cambiando de posición sin cesar de pegarla: cuánto más lo hacia más disfrutaban los dos: amo y esclava. Cuando fue a correrse, la descabalgó, la puso de rodillas y la metió la polla en la boca. Marta se lo tragó todo con glotonería como la había ordenado el amo.
    
    Estaban descansando cuando sonó el portero automático. La desató las manos y la ordenó que contestase. Oyó como hablaba con quien fuera, y como pulsaba la apertura.
    
    —Es un paquete amo, —dijo asomándose al salón.
    
    —Si, estoy esperando uno, recíbelo, —respondió. Marta se puso una camiseta grande y abrió la puerta. Un par de minutos después regresó con un paquete—. Déjalo en el suelo y ábrelo.
    
    Marta le obedeció, se quitó la camiseta y empezó a abrir el paquete. En su interior estaba todo lo que Paco había comprado online. Lo fue sacando todo dejándolo en el suelo. Paco cogió la caja de ...
    ... los plug y extrajo el más pequeño, se levantó y después de chuparlo lo introdujo en el ano de Marta y la ordeño que no se quitara hasta nueva orden. Después, abrió el kit de sado y se entretuvo en ponerla las muñequeras y las tobilleras. Las unió entre sí, las manos por la espalda, y al ponerla el antifaz se percató de que Marta presentaba una evidente inflamación en la mejilla izquierda. Se lo tocó con el dedo y vio que quedaba la efímera marca blanca en su piel,
    
    —¿Te duele?
    
    —Si amo.
    
    —Pues te aguantas, —y la colocó la máscara que sólo dejaba al aire la boca. Se sintió inmediatamente atraído por ella. Considero que era una visión casi perfecta: sus labios remarcado por el cuero negro que los rodeaba. Empezó a morrearla mientras la retorcía los pezones y término poniéndose de pies y después de que Marta se arrodillará la metió la polla en la boca sin miramientos: hasta el fondo. La folló con violencia, durante mucho tiempo, intentando correrse, pero no lo consiguió. Frustrado, la empujo al suelo y cogiendo el látigo que venía con el kit de sado, empezó a golpearla con saña. Marta se retorcía de dolor y chillaba mucho, y decidió amordazarla. Después, siguió pegándola sin importarle donde caía el golpe ya que su esclava se retorcía de dolor. Siguió hasta que el látigo se rompió soltando sus tiras. Entonces se tranquilizó y se dio cuenta de que se le había ido la pinza. Marta lloraba en el suelo, y Paco la empujó con el pie para que se quedara primero bocarriba y luego ...