1. ¡Una calentura madre!


    Fecha: 25/01/2021, Categorías: Confesiones Autor: pompita, Fuente: CuentoRelatos

    ... dejando los bolsos sobre otro sofá, levanta sus brazos acomodando su pelo mientras miraba embelesado yo, su sudor la bañaba enteramente y sus empapadas axilas, ahí, ante mis ojos, mirándola yo embobado.
    
    Toma asiento frente a mí, mirándome con una extensa sonrisa, mientras con las manos se hacía viento, y nos sonreímos largamente sin hablarnos... Y.… la mueca pícara, aparece en su hermosísima mirada. Yo... ¡ardo! Quitando sus sandalias, dice:
    
    —Tengo los pies hechos un caldo de tanto sudor y calor!—Y alzándolos risueñamente hacia mi cara, bromea diciéndome— ¿No te gusta el olor a queso...? ¡Toma...huele!
    
    ¡Fue... demasiado! Riéndome tomé sus pies en mis manos, y ya, desenfrenadamente excitado y en la más desaforada pasión, comencé a besárselos y deslizarle por las plantas mi lengua, lamiéndole los pies de manera ardiente y locamente descontrolado, metiéndole mi lengua entre los dedos y chupándoselos como un loco.
    
    Entendió enseguida. ¡Obvio! Aquello, era el comienzo de lo que yo... no pude aguantar ya más. Riéndose a las carcajadas se denudó con una velocidad sorprendente, y entre nosotros comenzó el más ardiente y lujurioso de los desenfrenos donde ya, ni yo ni ella teníamos límites, que ninguno de los dos, además, quería.
    
    Mi única prenda en aquella calurosa tarde -un pequeño short-, apenas mi madre quedó desnuda me lo arrancó de un sólo manotazo arrojándolo lejos, y desnudos, comenzamos a rodar por la alfombra.
    
    Mi lengua, recorría su piel entera saboreando su ...
    ... salado sudor abundante, y no hubo milímetro que no la recorriese completa.
    
    Cuando el 69 era una hermosa figura en el piso entre nuestros cuerpos, ella y yo brincábamos con ella encima mío y yo corcoveando debajo de ella, meta mamarme como energúmena y yo meta mandarle lengua por el coño y el culo, mientras ya mis orgasmos estallaban y por mi empinada verga, que ella atrapaba con ambas manos mientras me mamaba y pajeaba a la vez, los chorros de leche corrían desde mis huevos, para escaparse saltando adentro de su boca mamándome ella y enredando su lengua como una maravilla, haciéndome acabar entre gritos de placer y locura, ahí con mi cara entre sus nalgas, su culo y su raja.
    
    Tal era mi calentura que habiendo acabado como un bestia seguía yo empalado y caliente, y mamá reía a carcajadas y se acomodaba encima mío para comenzar ya, la más colosal de las amasadas, acomodando mi verga en la entrada de su coño, para empezar ese subir y bajar en un mete saca frenético donde me bombeaba como máquina y yo gritaba enloquecido en desesperante placer como de locura, sintiendo ya, las caravanas de millones y millones de locas hormiguitas recorriéndome las genitales, entrañas, anunciándome otro orgasmo, que en sucesión como anormalmente insólita, comenzarían a invadirme encontrando en ello mamá, esa fortuna de haber encontrado a un semental macho que iría a ser su más entregado objeto, que adivinaba ya iba a yo ser, largando sus carcajadas y mirándome con esa mirada que ya, no hacía ...