1. Al fin con Carlos


    Fecha: 25/10/2017, Categorías: Gays Autor: Ernesta, Fuente: SexoSinTabues

    Carlos era mi primo, siempre sentí una fuerte atracción por él, según yo estaba muy enamorado de él. A pesar de ser parientes, éramos muy diferentes, físicamente él era de pelo rubio, de piel blanca y de unos lindos ojos verdes, al contrario, yo tengo el pelo negro, moreno y ojos color café, sin embargo, no era algo físico, me cautivaba su forma de ser, voz ronca y una parada de macho recio que me hacía suspirar, se imponía con su sola presencia, las chiquillas de nuestro barrio morían por él, tenía muchas novias a la vez, era encantador. A esas alturas de la vida, seguía siendo un fiasco mi vida sexual, como expliqué en otros relatos, los deseos sobraban, las posibilidades escaseaban, me había afanado tanto en mi disfraz de hombre que no tenía opciones de que pasara algo. Carlos vivía en una excitación permanente, tenía 18 años, dos más que yo, sus aventuras se multiplicaban diariamente, para eso cuidaba su físico, visitaba el gimnasio y su vientre comenzó poco a poco a mostrar el avance en sus ejercicios. En el período de vacaciones de verano nos habíamos acostumbrado a pasar tiempo juntos, su casa estaba siempre desierta, mis tíos salían todo el día a compartir con amigos y familiares, Carlos se acostumbró a eso desde pequeño, como vivíamos cerca pasaba a buscarme para ir juntos a la playa, yo me sentaba en la arena a mirarlo o para hacerme de rogar un poco, era rico que me tomara de la mano o me abrazara para obligarme a bañarme con él, era mi chance para acariciar su ...
    ... piel, intentaba apoyar mi culo sobre su verga, alguna vez tuve éxito en aquello, él parecía indiferente, pero otras veces se molestaba bastante, “ya empezaste con tus huevadas”, me decía, ante eso yo guardaba silencio, incluso sentía vergüenza por insinuarme tan infantilmente. Llegamos un día de la playa, como siempre no estaban sus padres en la casa, “me voy a duchar” me dijo, yo solo lo miré, no sé si mi rostro expresaba algo, inmediatamente agregó “¿duchémonos juntos?”, yo solo confirmé con un movimiento de cabeza, él se desnudó, era hermoso de verdad, su pene era mucho más grande que el mío, en realidad cualquier pene es más grande que el mío, blanco, mejor dicho, rosado, sus testículos eran grandes también, le colgaban y la boca se me hacía agua. Creo que intencionalmente, él se duchó primero, luego espero que lo hiciera yo, él se ubicó a mi espalda, no podría decir que me miraba atentamente o que quería mirarme bien para ver si me daba lo que silenciosamente siempre le pedí. Se fue hasta su dormitorio llevándose mi ropa, lo sigo, ingresé a su pieza y estaba acostado desnudo sobre la cama, “acuéstate ahí” me dijo, indicando a su lado, conversó algún tema sin importancia, yo estaba muy excitado, la erección de mi pene me delataba, luego de unos minutos se acerca a mí, “¿hagámoslo?”, “¿qué cosa?” le dije, haciéndome la tonta, “ culiar, pues”, “¿qué?, ¿estás loco?”, me toma la mano y me dice “no te hagas, sé que te gusta, se nota”, “no, yo no voy a hacer eso contigo, además ...
«12»