Aprendiendo de la puta de mi madre - Relatos Eróticos

Aprendiendo de la puta de mi madre

... platicando como una hora. El sigue desvestido en la cama y ella, mi mamá con la misma ropa que se vistió, ella no se desvistió y el pinche arquitecto no dejaba de acariciarle las piernas a mi madre. Poco tiempo después ambos se meten al baño y al salir mi madre se viste como de costumbre; él se cambia y se va. Yo estaba súper mojada y cuando veía la forma en como se cogían a mi madre me sentía temblar. No pude más, me masturbé más de una ocasión con el video y cada vez que lo hago, termino súper rico.

Cuando me enteré de todo esto estuve muy molesta con ella y aunque no le decía yo el porque, ella me imagino que ya se daba color de cual era la razón. Incluso un día me dijo, si te molesta que venga el arquitecto, le digo a tu padre que lo despida, pero no, yo no quería eso, yo quería vengarme, pero no sabía como.

Al siguiente fin de semana me fui a la plaza universidad, anduve buscando en algunas tiendas una falda, como la que se puso mamá para el arquitecto, pero en ningún lado encontré. Anduve de arriba para abajo con Maru, pero ninguna tienda ofrece un producto así. Me dice Maru, mi hermano dice que en calzada de Tlalpan se paran muchas putas, si quieres vamos y le preguntamos a alguna de ellas donde podemos conseguir faldas así como tu las quieres, así es que nos venimos a Tlalpan a buscar a las susodichas.

Llegando a Tlalpan, a la primer sexo servidora que vimos le pregunte por lo que íbamos y ella nos dijo, vayan al metro Nativitas, saliendo del metro van a ...

... encontrar varios puestos que venden el tipo de prendas que buscan. Y si, efectivamente, encontramos muchos puesto con ropas muy sugerentes. A lo que íbamos, me compré una falda que más bien parece trapo brillante, unas pantimedias y ya.

Sabía que tenía que llegar el momento de usar esa ropa, pero todavía no sabía como.

Pasaron varios días y yo no hacía nada extraordinario fuera de mi cuarto, pero dentro de él sí. En las noches y antes de dormir hacía lo mismo que mamá. Rompí las pantimedias por la parte del puente de algodón, me ponía las pantimedias rotas sin ropa interior, la falda y una blusa que tengo para dormir que se me transparenta todo, me acomodaba como mi mamá y me imaginaba mientras me masturbaba con mi dedo o con mi desodorante que el arquitecto me cogía a mi. Terminaba yo temblando. Se me hizo costumbre hacer lo mismo a diario y cada vez mi calentura iba en aumento.

Cuando yo fantaseaba con él, se me olvidaba el enojo y me venía a chorros; pero cuando mi calentura pasaba, la ira se volvía a apoderar de mi.

Pasaron tres semanas cuando un sábado mamá tuvo que salir mamá de urgencia. El arquitecto había llegado a casa casi dando las 12 del día a pagarles la semana trabajada a los albañiles que laboraban en casa. Toca mamá a mi cuarto y cuando le abro la puerta me dice, tengo que salir de rápido tu padre se va de la ciudad unos días por lo de su trabajo y si no lo veo ahorita, no me va a dar el dinero de la pensión. Te quedas a cargo, cuidas a tu hermano y ...