La chica Veracruzana cap. 2: El repartidor me abre la colita
Fecha: 25/10/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Xstore, Fuente: CuentoRelatos
... sabía que le pasaba al tipo, le estaba coqueteando descaramente y el ni se inmutaba, no lo se tal vez pensó que era una trampa o que solo le estaba calentando los huevos o tal vez ni siquiera entendio lo que trate de decirle! Solo una cosa tenía clara, no podía desperdiciar esa oportunidad con la que había fantaseado tanto.
-Quiero que me hagas lo que le hiciste la última vez a mi mamá
Ahora si el tipo me quedo mirando fijamente y justo frente a sus ojos me quité la playera, dejando mis enormes pechos morenos al aire, esto fue demasiado para él, ya que casi corriendo fue hasta mi y comenzó a besar mi cuello y lamer mis senos.
Le pedí que se arrodillara, para que quedara justo a la altura de mi trasero y me baje el short, con lo que mi trasero quedo prácticamente desnudo, de no ser por un delgado hilo color rosa que se perdía entre mis nalgas. Tal y como lo quería, el repartidor se abalanzo contra mi carnoso trasero y empezó a propinarle besos y lamidas por toda su extensión, luego tomo mi tanga y lentamente desincrustó el hilo de entre mis nalgas, con ambas manos separo los cachetes de mi culo y hundió su cara justo entre mis nalgas, lamiéndome de una forma deliciosa la entrada del ano.
-Mmmm haaayyy mmmmm…
Que rico era sentir su lengua hurgando entre mis nalgas, pero más aun cuando comenzó a hundirme un dedito en el ano. Ahí estuvo el tipo un buen rato hasta que le pedí que se levantara, me tomo por las nalgas y mientras me besaba no dejaba de manosearme el ...
... ano, entonces yo hice lo propio y le abrí un poco el pantalón, para sacar aquello que tanto había deseado… Su pene era enorme, tal y como lo recordaba, pero al tenerlo entre mis manos lo notaba aun más grande, debía medir al menos 23 cm, pero no era muy grueso, lo cual era perfecto para el anal que tanto había estado anhelando.
Aquella larga verga me parecía deliciosa y una vez que le descubrí la cabecita, no me pude contener y me incline frente a ella, la tome entre mis manos le comencé a dar besitos por todo lo largo, ya en la cabecita le di un beso solo que un poco mas húmedo, él me insistió en que le hiciera sexo oral, sin embargo quería hacerlo sufrir tantito, por lo que le prometí se lo haría la próxima vez.
Tal y como lo había hecho mi mama la vez anterior, tome la botella de aceite de oliva, puse un chorrito en mis dedos y con movimientos suaves comencé a distribuirlo por toda la longitud de su pene, tratando de no dejar un lugar sin lubricar, luego me di vuelta y baje mi tanga hasta mis tobillos, puse un poco mas de aceite en mis deditos y los guíe a la entrada de mi anito, donde hice algunos movimientos circulares, para luego meterme dos deditos, tal como mi mami lo había hecho, así estuve un minuto, hasta que sentí que mi colita ya estaba lo suficientemente relajada y bien lubricada. Entonces me incline sobre el fregadero, tratando de dejar mi culo lo mas parado posible y las nalgas bien abiertas, hasta que sentí como la cabecita de su verga se poso en la ...