1. Desafío de galaxias (capitulo 16)


    Fecha: 08/02/2021, Categorías: Transexuales Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... —y volviendo a su aptitud militar, añadió—. Mi señora, tú decides.
    
    Marisol miró a Loewen que asintió con la cabeza, igual que hizo Clinio cuando le miró. Marión no levantaba la cabeza del terminal y Anahis disimulaba haciendo que hablaba por su comunicador. Finalmente, miro al presidente que afirmo rotundamente con la cabeza.
    
    —General Esteban, de acuerdo, puede partir.
    
    Con cinco horas de espera por delante, el presidente y los dignatarios se retiraron de la sala de control para atender sus asuntos. Marisol, permaneció en su puesto manteniendo la calma como podía. Paseaba por la parte trasera del control, consultaba los terminales, incluso daba palmaditas en la espalda al “novio” de Marión. Los datos de la telemetría, tanto del Odiseo como del Ares, llegaban en una cascada constante.
    
    —Mi señora, el Ares viaja más rápido que el Odiseo, —informó desde Telesi 2 el ingeniero Camixthel.
    
    —¿Cuánto más?
    
    —Según nuestros cálculos, llegara cuarenta minutos por detrás del Odiseo. Podemos confirmar la hipótesis de la general Marión, tiene que ver con la velocidad de partida
    
    —¿Habéis informado al Ares?
    
    —Si mi señora, tenemos comunicación constante con ellos, —respondió Camixthel.
    
    Marisol se acercó por la espalda a Marión y la paso la mano por el hombro, apretándoselo—. Eres hasta útil… aunque en ocasiones te escondas y me rehúyas, —susurro al oído inclinándose ligeramente.
    
    —Lo siento, Marisol, —respondió con los ojos brillantes— no puedo tomar decisiones que ...
    ... pueden suponer la muerte de miles de personas. Mándame al frente y combatiré como todos…
    
    —Y con quien me voy a meter entonces, —y Marisol con una sonrisa afectuosa la acaricio el pelo. Miro a Anahis que estaba al lado y estaba un poco “mosca”, y añadió—. No te preocupes mi amor, a Marión la gustan las pollas gordas… muy gordas.
    
    —¡Marisol, por favor! No es el momento, —exclamó susurrando roja como un tomate—. ¿Por qué no te vas a comer algo? Quedan tres horas para llegar.
    
    —Esa es una buena idea, —dijo Anahis llamando a un sustituto y levantándose de la consola—. Anda vamos… general, no creo que Marión sobreviva a tres horas metiéndote con ella, —la cogió de la mano y tirando de ella con suavidad la sacó de centro de mando.
    
    Llevándola de la mano, llegaron a la puerta de la habitación que compartían.
    
    —Voy a por algo de comer, —dijo Anahis acariciándola la mejilla con una sonrisa—. No tardo. Cuando vuelva, te quiero ver metida en la cama. ¿Estamos?
    
    —Nena, no es momento…
    
    —¿Qué si estamos?
    
    —Si, sí. ¡Joder! Que mandona.
    
    Cinco minutos después, Anahis regreso con una bolsa de plástico de la mano y Marisol ya estaba en la cama y desnuda. Se sentó en el borde, saco un sándwich de la bolsa y se lo dio junto a la botellita de agua.
    
    —Lo siento mi amor, —dijo Anahis riendo— pero solo había sándwiches de “materia extraña” en el catering. Los políticos han arrasado con todo.
    
    —Si logramos tener algún día libre, vamos a ir a mi pueblo, —dijo Marisol mordisqueando ...
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