1. El joven y la madura Nalgona


    Fecha: 09/02/2021, Categorías: Anal Sexo con Maduras Primera Vez Autor: comechocho, Fuente: xHamster

    ... suinterior. Me dí cuenta que los pezones se meendurecían de excitación y esto quedóevidenciado en el top de algodón que llevabapuesto. Ahora, mis tetas, estaban coronadas pordos botones que sobresalían claramente porsobre el frágil tejido. Me acerqué lo más quepude a Jorgito para que notase esto. Inclusive,con la excusa de colocar dos cajas pequeñas porencima de él, le apoyé en sendas ocasiones, mistetas en su espalda y en su nuca.Fue allí cuando noté que el altillo se estabaimpregnando de olor a sexo. Por un lado, mi raja húmeda y pegajosa. Por otra parte, la ... de Jorgito había comenzado a endurecerse,seguramente descubriendo la piel de sumiembro, y dejando al aire restos de lechecuajada alrededor de su virgen prepucio, testigo de vaya a saber cuántas pajas a escondidas.No me había equivocado. El muchacho, notablemente excitado, hacía lo imposible poresconder el promontorio que ahora aparecía en su pantalón deportivo. Viendo esto, tomé lainiciativa. Le pedí que bajase las cajas del altillo,mientras yo debajo, le sostenía la escalera.El pobre, con vergüenza, subió a la escalera y yo enseguida me acomodé tras de él. Y sucedió lo esperado. Al pasarme la primer caja, tuvo que girar su cuerpo, y allí, a menos de diezcentímetros de mi cara, quedó su bulto a midisposición. Podía oler su virgen ... por debajo del tejido de su pantalón. Imaginaba un pequeño par de testículos, rosados, redondos, hinchados de leche calentita.Fue así que aprovechando que Jorgito sostenía la caja con ...
    ... sus dos manos, me elevé un poco en la escalera junto a él, y le apoyé en pleno mis dos tetas sobre su erecta ... Tomándome el trabajo de refregarme lentamente, mientrasahora descendía yo la caja que me habíaalcanzado. Pude sentir su pequeño palo entre mis tetas, firme, hirviendo de calentura.Al descender la segunda caja, me di cuenta queera ahora o nunca. Porque de entrada, al subir a la escalera, le apoyé las tetas nuevamente en su ... y por debajo del tejido, sentí que se estaba derramando a borbotones. Ni corta ni perezosa,ante la mirada atónita del muchacho que sostenía allá en lo alto la caja con sus dos manos, le bajé su pantalón buzo y su ... me salpicó - con sus últimas escupidas - la cara de leche. Noté que Jorgito estaba temblando, no sé si de miedo oplacer, y me enterré su ... en la boca, la cual siguió arrojando leche por varios segundos más, mientras se la mamaba lentamente. Tragué mucha lechita deliciosa, dulce, caliente que regó mi paladar. Después, sosteniéndole su pequeña ... con mis manos, le terminé de bajar la piel, y le limpié con mi lengua la leche que tenía adherida a su prepucio. Ahora su ... relucía de brillante después de mi mamada.Sin decir palabra alguna, bajé al muchacho de la escalera y lo acosté en el diván que teníamos en el entrepiso de la casa. Le quité toda su ropa y me quité lentamente la mía. Noté que su mirada se concentraba en mis tetas y en mi carnosa raja.Por lo tanto, le apoyé mis tetas en su cara y metí unos de mis negros pezones en ...