Experiencias como perra 02 - Relatos Eróticos

Experiencias como perra 02

... con malicia. Lo que siguió, fue todo un tormento. Uno a uno, me fue arrancando los pelos del perineo y los alrededores del coño. No pude evitar gemir y moverme, hacía bien su trabajo, a conciencia y disfrutando con cada tirón. “Vas a quedar preciosa, muy fina, pero si no dejas de moverte, te ensartaré el palo de la escoba por el coño como a un pollo asado y seguro que estarás quieta.”. Al terminar su trabajo, me dio la vuelta y la emprendió con la espala nalgas y la raja del culo. Para terminar, me untó todo el cuerpo con una crema depilatoria y me dejó unos minutos. Quedé como un recién nacido. Mientras, ella preparaba algo en la ducha. Me soltó las correas que me ataban a la camilla, menos la de las muñecas y me llevó a la ducha. De pie contra la pared, me sujetó las muñecas a una anilla dejándome los brazos en alto. “Mea, tienes que estar limpia por dentro también” La verdad es que lo estaba deseando, hacia tiempo me estaba aguantando las ganas, así que solté una gran meada. Me mojó con le flexo de la ducha y me enjabonó a conciencia frotando fuerte con un guante áspero. Luego me dio la vuelta e hizo lo propio con la espalda y el culo. Una palmada en las nalgas y una orden “Separa bien las patas y saca el culo” obedecí y enseguida noté como me entraba agua en el recto, invadiendo las tripas. “ Tu Dueño quiere también las tripas bien limpias. No quiere que se ensucie su hermosa polla con tu mierda. Relájate y aguanta o te capo.” Cualquiera no le hacía caso. Así que aguanté ...

... lo que pude, hasta que literalmente me desfondé, soltando todo el contenido de las tripas y el agua. Repitió la operación un par de veces más. “ Ahora sale el agua completamente transparente”. Me alargó una toalla grande, “Sal y sécate bien, mientras yo limpio todo esto, es mi obligación”. Terminé de secarme y me dijo me tumbara en el colchón. Lo hice acurrucado como una perrita. Vi que ella se duchaba, y al terminar. Apagó la luz “ahora, a esperar a tu Dueño” Cerró la puerta y me dejó a oscuras y tumbada en el colchón. Aproveché para descansar, pues estaba hecho polvo.La posesiónPasaría más de una hora, durante la cual, pude descansar y dormitar un rato. Entonces, se abrió la puerta y encendió la luz. Era la sumisa. Llevaba una especie de arnés de cintas de cuero, que no tapaba nada de su cuerpo. Una cinta de cuero, le pasaba por el centro del coño, separando los labios y destacándolo aún más. Unas botas de cuero altas negras y guantes también negros completaba su escasa vestimenta. Vi que llevaba una botella en la mano. “Vamos, en pie, levanta los brazos y separa las patas” Empezó a untarme todo el cuerpo con una especie de aceite. “Esto te dejará la piel brillante y más apetecible para tu Dueño”. Me estaba mirando en el espejo y tenía razón, el brillo del aceite junto con el moreno integral que ya tenía, pues estábamos a principio de julio y era aficionado a ir a la playa nudista, me quedaba muy bien. Al terminar, me puso a cuatro patas, se arrodilló delante mía y me puso ...