1. SOFIA Y ANTONIO: TENERIFE


    Fecha: 16/02/2021, Categorías: Anal Sexo con Maduras Masturbación Autor: PATRILUIS, Fuente: xHamster

    ... hacemos, y a mí lo que me excita es verte excitada para hacerlo, podemos intentar que tú te lo imagines, te excitas, te masturbas, te desbloqueas, yo me desbloqueo y podemos hacerlo”.“Ya….”“Tranquila Sofía: ya sé que tú esto de masturbarte frente a un hombre y que un hombre lo haga frente a ti, te cuesta mucho, que ya nos lo dijisteis por el chat y sabemos que hace sólo un poco lo hacéis, de modo que te quedas aquí, ponemos un poco de música suave, bajamos la intensidad de las luces y… ¡a imaginar! Yo me voy a la sala y ya está, y cuando apagues la música o enciendas las luces vuelvo y podemos hacerlo”.“Bueno. Podemos intentarlo. Oye: ¿tú también te vas a masturbar?”“Mejor no, que los años son los años, me cuesta más de recuperarme y mejor no desperdiciar una ocasión de correrme haciéndolo contigo, que hasta 3 puedo llegar, pues me apetece mucho hacerlo contigo, pero si me masturbo, me quedan sólo dos, y prefiero correrme en ti; que no funciona el tema, pues ya me masturbaré y a dormir los dos”.Abrir la cama, música de ambiente, bajar intensidad de las luces, y ahí se quedó Sofía mientras me fui a la sala.En estas cosas, no sólo cada mujer tiene su ritmo, su tiempo, sino que en función del momento y muchas cosas, lo mismo puede durar un par de minutos que una hora –al menos esa es mi experiencia-, de modo que me senté en un sofá y a beber más agua mientras esperaba.Los primeros 20 minutos he de admitir que me excité pensando en Sofía, acariciándose a solo unos metros, ...
    ... excitándose lentamente hasta alcanzar su orgasmo, pero pasado ese tiempo y con el único sonido de fondo de la música suave, mis expectativas de que lo alcanzará se desvanecieron y, con ello, mi excitación, de modo que con mi mente en blanco me puse a seguir con la vista lo que, por sus luces, creí que era un crucero navegando.Pasó algo más de media hora cuando la música de fondo aumentó sensiblemente su volumen y entendí que era una indicación de Sofía para invitarme a entrar, de modo que con ansiedad por ver si lo había alcanzado o no, me dirigí a la puerta y llamé con los nudillos.“Pasa Luis, pasa”.Entré y Sofía estaba distinta: tumbada sobre la cama, con una pierna recogida y la otra estirada, sonriente, con sonrisa relajada; la piel ligeramente reluciente, casi sudorosa, sus mejillas, hombros y hasta el principio de su pecho, sonrosado, sus pezones erectos, el vientre con ligeras palpitaciones onduladas, su sexo semiabierto, que dejaba entrever la excitación de los labios de su vagina y las gotas de humedad íntima que había desprendido y, con ellas, el aroma a mujer que, como un perfume, flotaba suave en la habitación.Sonreí satisfecho y dije: “me alegro, Sofía”.“Yo también Luis. Ni he podido, ni he querido evitarlo y he tenido dos orgasmos. Ya estoy desbloqueada y, por lo que veo… ¡tú también lo estás!. Ven aquí, conmigo, y hagamos el amor. Lentamente, muy lentamente: quiero que te corras en lo más hondo de mis entrañas” concluyó con sonrisa pícara e invitadora al comprobar ...
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