1. Pasión inmoral


    Fecha: 27/10/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ella gemía de manera especial. Finalmente me coloqué un preservativo y la penetré, iniciando con la posición del misionero, luego puse sus piernas sobre mis hombros, provocando en ella oleadas de placer. Después lo hicimos en la posición de "perrito", donde ella tuvo su segundo orgasmo y, finalmente, me puse boca arriba para que ella me cabalgara. Fue así, como simultáneamente ella obtuvo el tercer orgasmo y yo logré mi eyaculación. Ella entonces inclinó su dorso, descansando sus senos en mi pecho mientras ambos recuperábamos el aliento y nos besábamos con agradecimiento mutuo.
    
    Luego nos dimos una ducha juntos, donde seguimos descubriendo nuestros cuerpos y sus sensaciones. Después pasamos a la tina de hidromasaje para darnos un relajante baño de burbujas. Yo estaba sentado, recargado sobre una de las paredes de la tina, con mis piernas ligeramente flexionadas y abiertas, lo que permitió que ella se sentara recargada en mí. En esa posición seguimos platicando y yo aprovechaba, de vez en cuando, a verter agua tibia sobre sus hombros y espalda. Después de unos 30 minutos, el contacto de su baja espalda con mi pene, hicieron que éste volviera a reaccionar, nos pusimos de pie, nos vimos a los ojos, nos acercamos para abrazarnos y besarnos, mi pene erecto oprimía su pubis, el agua de la tina nos llegaba debajo de las rodillas, de nuestros cuerpos escurrían gotas de agua, nuestra temperatura iba en ...
    ... aumento, nos salimos de la tina y sin más, mojados por todos lados, llegamos a la cama, donde nos tendimos para seguir acariciándonos. Ella había quedado boca abajo, por lo que yo inicié a besar sus nalgas y ahora, con descaro, empecé a pasar mi legua en su ano. Pronto ella gemía descontrolada de placer, lo que yo aproveché para introducir un dedo en su ano, luego otro. En eso estábamos cuando ella me pidió le metiera mi pene en su ano. Con la humedad de su vagina lubriqué su ano y, con suma delicadeza, inicié la penetración; desde luego que previamente me había colocado un preservativo. Al poco tiempo todo mi miembro estaba dentro; pronto coordinamos nuestros movimientos, lo que permitió que ella tuviera un orgasmo más y yo vaciara mi eyaculación dentro de su ano. Después ella me quitó el preservativo y se dedicó a limpiar con su lengua y boca todo mi pene. Fue una experiencia sublime de pasión, inmoral si se quiere, pero de entrega absoluta y plena.
    
    Al poco tiempo de eso, a ella la enviaron a iniciar un proyecto en otra ciudad y recién ahora ha regresado. Ya nos encontramos en una reunión familiar, pero no pudimos hablar en privado. Creo que los dos sabemos que lo que hicimos no fue lo correcto, pero también sabemos que ambos lo disfrutamos en exceso. Será nuestro secreto, solo el tiempo y las circunstancias dirán si se repite. Saludos desde México.
    
    NOTA: Prefiero el anonimato, no publicar mi e-mail. 
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