1. Hetor, el esposo de mi prima.


    Fecha: 19/02/2021, Categorías: Gays Autor: manizaleñogay, Fuente: SexoSinTabues

    ... mi prima. ” Al decir esto, este hombre cambia su mirada y producto de mis palabras, me toma con ambas manos del rostro y me dice: “Ella nunca lo sabrá, ¿cierto?”, al escuchar lo que yo estaba suplicando minutos previos, me excito demasiado, y le respondí, “Nunca se lo juro”. Apenas oye mis palabras Hector me besa los labios, con un beso tan delicioso, cargado de pasión, de masculinidad, y con tanto deseo. Nos besamos alrededor de dos minutos. Posterior a este tiempo me separe de él y lo mire a los ojos, supe que pese a todo el descontrol que había tenido en su cabeza por el acontecimiento que yo había provocado, en ese momento estaba asumido en el deseo que mi beso le provocaba y el morbo de mis palabras le habían producido. Un vez vi su cara me di cuenta de que al fin había llegado el día en el que el esposo de mi prima me comería el culo, así que no quise que el proceso se dilatará tanto entonces me incorpore de cuclillas y libere de aquella pantaloneta holgada a aquella verga que durante años me había imaginado y que precisamente en ese momento la sacaba de su cárcel de tela para devorármela de una sola mamada. Al bajar la pantaloneta me encuentro con aquel maravilloso pene completamente erecto y mojado por el pre-semen que supuraba de él, acompañado, de ese par de guevas grandes que de inmediato metí en mi boca. Acto seguido subí por el cuerpo de aquella gruesa morcilla y me introduje su cabeza en mi boca. Mientras jugaba con esta, Hector sólo gemía de placer al mismo ...
    ... tiempo que me cogía por detrás de la cabeza haciendo que me la tragará entera. Yo obediente, introducía su verga hasta mi garganta y la dejaba allí por algunos segundos, lo que le provocaba a Hector tener pequeños espasmos que se acompañaban de golpes de su cadera haciendo que se me introdujera más su verga en la boca. Mientras le comía la verga a Hector, lo miraba directo a los ojos, y de vez en vez le decía. “Uhmm ¡qué rico! Así duramos unos diez minutos, hasta que me levanto, lo arrojo sobre la cama y desnudos los dos, me subo sobre él, y comienza un roce intenso entre su verga y mis nalgas. Alcanzo una crema de manos que estaba cerca humecto la verga de Hector y la colocó sobre la entrada de mi ano, sentándome sobre esta vestía. Mientras esta anaconda se abría espacio sobre mi recto, yo gritaba de dolor, llegué a pensar en quitarme de encima y hacer que Hector se viniera a través de una mamada, pero Hector tomo mis nalgas y me beso, esto me lleno de deseo para seguir incorporando eso 18 centímetros por mi culo. Al sentir su cadera contra mis nalgas, supe que estaba completamente adentro, así que comencé a cabalgar aquella maravilla que durante tantos años había degustado mi prima. Comencé a saltar con mucha fuerza, y en ocasiones hacía círculos con mi cadera, cosa que Hector disfrutaba. De vez en cuando me acercaba a su oído lo besaba y le decía, “Desde pequeño quise esto, que me comieras como te comes a mi prima, tenerte adentro”. Tal parece que la comparación que relataban ...
«12...6789»