1. Como te amo mami 2 parte


    Fecha: 27/10/2017, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... poro de su piel sedosa y pura, pero incitante y enloquecedora. Comenté entonces que se veía muy bien pero que era necesario que iniciara un tratamiento mas permanente, si quería estar en forma… se rió pero no dijo nada… De pronto me preguntó a cuantas mujeres había visto desnudas y le dije que a muchas, pero que ella estaba entre las mejores. “Sos un bandido, coqueto, miserable” y me dijo que eso no le caía en gracia pues no tardaba en preñar alguna por andar como un “pipí loco”… y estas palabras me demostraban que en el fondo sentía celos y eso aumentó mi delirio en pos de ella. Riposté entonces que era mentira y que ella bien sabía, que no tenía novia y que tampoco me hacía falta enredarme con nadie por mi estudio y mi trabajo… respiró aliviada…
    
    Continué con mi labor musitando palabras cariñosas, y haciendo énfasis en que no entendía como ella siendo la mujer mas linda del mundo, mi padre la hubiera abandonado por cualquier puta… el comentario apaciguó su reciente disgusto, mas aún cuando deslicé mis manos por sus delicados pies, frotando sus talones y sus dedos con el aceite, lo que causó un estremecimiento total en todo su cuerpo… me confesó que ese era su punto mas sensible y que el estar sintiendo mis manos en ellos le producían todo tipo de cosas… no respondí nada y continué mi ejercicio buscando que perdiera su cordura y se dejara llevar hasta donde yo estaba dispuesto a conducirla, es decir, hasta que pudiera poseerla conscientemente como mi mas preciado ...
    ... tesoro, mi mujer divina a la cual dedicaría toda mi devoción y toda mi vida. Sentado al borde la cama, sudaba copiosamente y entonces en un arrebato de locura doblé sus rodillas acercando sus pies a mi barbilla y mis labios, lo que la dejó exánime, perdida y abandonada a su suerte, pero feliz. Estiré sus piernas y volviendo a ellas unté mis manos con mas aceite, esta vez rozando su ingle y palpando con la cara anterior de mis manos, los labios de su sexo húmedos y lubricados. Decidí que era preciso continuar y le pedí que se diera vuelta, pero me dijo que le daba una pena horrible, pues jamás se imaginó estar así con su hijo… nuevamente le expresé seriamente que era el colmo, y con su carita de nena regañada, se volteó poco a poco, cubriendo su cara con la sábana para ocultar su supuesta vergüenza…
    
    Ver a mi dulce madre desnuda a mi lado, totalmente turbada, confundida pero en un estado de excitación del que no quería descender, es algo que no olvidaré jamás… Era preciosa; reparé en sus pequeños pechos pero con unos pezones ya erectos… la curvatura de su talle semejaba una perfecta guitarra, y su vientre con unas pequeñas estrías daban una muy poca muestra de haber estado embarazada tres veces… su pubis era sencillamente divino, abultado, como una colina de la perdición cubierta por esa mata de vellos delicados y alisados, y con sus piernas ligeramente abiertas pude extasiarme en toda la magnitud de su vulva, de sus labios gruesos que cerraban la entrada a esa desvariada gruta. ...
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