1. Naturaleza helada


    Fecha: 09/03/2021, Categorías: Infidelidad Autor: CaballeroGris, Fuente: CuentoRelatos

    ... través de aquella mirada ensangrentada. La gárgola se acercó hasta la ventana a la vez que una nube negra cubría el cielo sumiendo a la ciudad de nuevo en la oscuridad. Eva se sentó junto a su hijo, bajo ellos un amplio y cómodo sofá de cinco mil euros.
    
    La gárgola se acomodó a la vez que un trueno quebró el cielo permitiendo que un mar de agua cayera sobre ella. Sonrió complacida, la puta del diablo.
    
    - ¿Por qué sonríes mamá?
    
    - Nada hijo. ¿No puede una madre admirar orgullosa a su hijo al verlo tan grande y guapo?
    
    - Claro mamá. Es lo que deseo, hacerte sentir orgullosa.
    
    Ella cruzó las piernas girándose hacia él. Rómulo no percibió esa forma de moverse como normal, su pene luchaba por salir sin que él quisiera que hiciera eso. La gárgola tenía vida propia y nadie puede luchar contra los deseos del diablo.
    
    Eva ya no estaba nerviosa ni dubitativa. Ahora era una hembra en celo, en pleno proceso de caza. Ante ella no estaba sólo su hijo, sobre todo estaba un macho capaz de saciar sobradamente sus necesidades.
    
    - Me haces sentir muy orgullosa vida mía. Y dime, ¿también querrías verme satisfecha?
    
    Rómulo se movió nervioso, volviendo a la posición original. El libro cerrado sobre su paquete, buscando disimular lo que su madre ya había notado sobradamente.
    
    - ¿Satisfecha? No sé si entiendo mamá….
    
    La sonrisa dulce y de mujer segura de sí misma heló el corazón de Rómulo a la vez que le hizo arder el paquete y el deseo sexual. La hembra había encontrado al ...
    ... macho, el macho ya no podía escaparse.
    
    - Creo que sí me entiendes nene. Quiero que dejes satisfecha a mamá. Quiero ser una hembra generosa, una buena perra para ti. Quiero que me folles hasta matarme si es necesario.
    
    Rómulo se quedó de piedra; aunque la tensión sexual existía desde la noche anterior, jamás pensaría que llegase ese momento. Sintió un leve mareo, como si todo aquello fuera un sueño, algo irreal. Apenas empezó a pensar que nunca una mujer de ese calibre le había ofrecido sexo de una forma tan clara y fácil cuando su madre se levantó de nuevo.
    
    Eva duró poco tiempo de pie, pues al instante se arrodilló ante su hijo. Se movía segura de sí misma, como si hubiera olvidado que era su madre; al contrario de Rómulo, que seguía petrificado y medio mareado por el giro de los acontecimientos.
    
    Cuando una hembra experimentada tomaba la decisión de calmar su celo no había obstáculo que lo impidiera. Además, el instinto maternal más animal es el de alimentar y proteger a su cría. Ese instinto siempre guarda un incestuoso deseo sexual que toda madre tiene siempre presente en el subconsciente. Pocas madres tienen la suerte de tomar consciencia de ello en un momento ideal para tomar parte, siendo ella bella y aprovechable, aun con el instinto de supervivencia intacto, y con su cría en estado adulto de buen ver. Todo aquello había tenido lugar en aquella casa en aquel momento. Todo era cosa del diablo, el cual, una vez decidió que serían ellos los encargados de alimentar el ...
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