1. Naturaleza helada


    Fecha: 09/03/2021, Categorías: Infidelidad Autor: CaballeroGris, Fuente: CuentoRelatos

    ... otorgado la mujer en cuyo vientre se formó.
    
    Miró furtivamente hacia el exterior, el día había vuelto a oscurecerse tempranamente y la lluvia intensa del día anterior hacía de nuevo acto de presencia. Su madre sonreía con una dulzura infinita, oh Diosa con sus mismos genes, piel y sangre. Dio dos pasos hacia detrás mirando fijamente a su hijo, situándose entre él y la ventana impregnada de surcos del agua que el viento empujaba contra ella. Se quitó las sandalias. Rómulo se fijó en sus pies, pequeños y delicados, con las uñas pintadas de lila, como la de sus manos. Se quitó las mallas, dejando el camisón azul marino puesto. Anduvo un poco dejando que su hijo percibiera bien el espectáculo de la mujer que se desnudaba poco a poco para él. Sus nalgas asomaban por debajo, no llegándose a ver nada. Extrajo el sujetador bajo el camisón y notó como dos inmensos melones caían levemente bajo el camisón. Fuera se oscureció aún más justo cuando la lluvia comenzó a ser más intensa. Finalmente se quitó el camisón despacio, gustándose, sabedora de sus encantos y generosas proporciones. Sabedora de cuánto solía gustar a los hombres y algunas mujeres. Cuando lo quitó por completo un relámpago la iluminó. La luz azul inundó sus senos, su vientre, sus caderas y su artificial pelo rubio. Conjunto erótico y pornográfico por el que cualquier hombre pagaría una buena suma de dinero por hacer uso de él. Justo en ese instante, durante una décima de segundo que pareció durar un siglo, notó de ...
    ... reojo la figura de la gárgola de ojos ensangrentados mirando a través de la ventana. Enfocó en esa esquina la vista pero no pudo verla. Fue curioso cómo pudo notar perfectamente su cara a pesar de que la percibió de reojo.
    
    Ya solo podía ver el cuerpo del pecado que posaba coqueto, femenino y deseoso ante él.
    
    Un nuevo relámpago fue como el pistoletazo que animó a Eva a acercarse a su hijo, una vez consideró que su cuerpo había sido convenientemente expuesto. Notó como su polla permanecía intactamente engrandecida, al límite, lo que le provocó una agradable sensación de saberse deseada. Cuando el trueno retumbó en los cristales ella ya estaba otra vez al alcance de su hijo.
    
    Lacrimosa en las motas de calor del ambiente. Los senos que lo amamantaron ante Rómulo. La loba había matado a Remo y los ofrecía puros y maduros ante su vástago. Él los acarició delicadamente, ella esperaba de pie ante la inmensidad de su mirada. Daba igual que la edad los hubiera colocado un poco más abajo de donde solían estar en su imaginación adolescente. La suavidad de cada poro de aquellas inmensas ubres le trasportaron a la niñez, cuando Edipo hacía de las suyas entre tareas y juegos. Pasó con sumo cuidado y lentitud la yema de los dedos por los pezones; de tamaño mediano y duros, con aureola celestial, rosada, femenina y coqueta. Como su madre.
    
    Apartó un poco el rubio artificial que cubría parcialmente los pechos de su madre, la agarró por las nalgas y tiró de ella. Eva se venció levemente ...
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