1. Una esclava inesperada VII


    Fecha: 11/03/2021, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos

    ... pero no se movía de ahí. Cuando llevábamos 50 explotó en un orgasmo magistral y me espetaba “dame carbón, dame sin piedad, más duro”. Sin más, le azoté las nalgas sin compasión y ella ahora gritaba de placer. Cuando hube rebasado los 100 noté que ya tenía algunas gotas de sangre en el culo y decidí parar. Justo cuando me detuve, ella tuvo un segundo orgasmo.
    
    Ella estaba en la gloria y ahora sí que iba a comprobar su resistencia y sumisión. Fue rápidamente al baño por “mertiolate” (creo que se escribe así… si no una amiga doctora, me regañará) y ella seguía disfrutando su orgasmo. Me unté la mano con aquel líquido y le solté una ligera nalgada. Tuve que taparle la boca, pues el grito que pegó fue tal, que pensé que los vecinos no tardarían en preguntar qué pasaba. “Callada zorra, si no, te voy a castigar de una manera peor” Repetí la jugada unas 6 veces y como ya estaba a punto de reventar, se la clavé sin más en la concha. Antes de hacerlo, le arranque las pinzas de la vagina, y comencé con un ritmo semi – lento. Ga me lo agradeció. Estiré las pinzas de sus pezones hasta que éstas también liberaron su fuerza. Ga se vino una tercera vez y a los cinco minutos yo también lo hice. Terminamos rendidos. Me recosté n la cama y ella lo hizo en mi regazo. “Gracias” me dijo y la besé en la boca con la mayor ternura que me fue posible. Mientras le acariciaba la espalda con las yemas de mis dedos, ella me comentó algo de vital importancia.
    
    - ¿Sólo él o con toda la familia? – le pregunté tranquilo
    
    - Con todos – respondió preocupada – creo que es por un asunto de trabajo
    
    - Pero, ¿no estaban separados? – pregunté
    
    - Parece que se están reconciliando, pero ese no es el punto – me dijo volteando su cara a la mía y noté una mirada triste.
    
    - ¿Cuál es? – respondí, presa de la inmadurez e incomprensión hacia las mujeres que caracteriza a los hombres
    
    - Pues que ya no te voy a ver… yo también me voy…
«1234»