1. Inesperado placer


    Fecha: 13/03/2021, Categorías: Confesiones Autor: hotmind, Fuente: CuentoRelatos

    ... jovencita, déjeme agradecerle. Usted es tan linda y buena.
    
    Me incomodaba la situación, así que me zafaba de sus besos.
    
    - me tengo que ir ya, no es necesario...
    
    Me apretaba más y continuaba su sobajeo, y cuando me agarra el culo.
    
    - he!! Suélteme ya!!
    
    Y lo empujo con fuerza, me libero y me voy caminando rápido.
    
    - disculpe jovencita! no se enoje conmigo, que usted es tan linda y buena.
    
    Yo no le respondía, solo caminaba apuraba. Mientras el viejo gritaba.
    
    - jovencita!, flaquita!
    
    Gritaba el mugroso. Y sentí que venía corriendo hacia mí, yo asustada empecé a caminar más rápido. Me estaba alcanzando.
    
    - ey flaquita, no te vayas así. Espera!
    
    Comencé a correr, cuando resbalo con el pasto y caigo sobre mi mejilla, no me dolió, pero, me asusté bastante ya que el viejo apuro el paso y me pilló en el piso.
    
    - ah niñita, ves lo que pasa por irte así? Ven aquí, estás bien?
    
    El viejo me dijo vuelta y me pego a su cuerpo. Abrazándome y manoseando el culo y las piernas.
    
    - suélteme, estoy bien. No me toque!
    
    Busca mi rostro y mirándome.
    
    - tienes tú carita sucia, te duele?
    
    En eso se lame sus dedos y los frota sobre mi mejilla, algo hinchada por la caída.
    
    - no déjeme, que asco! Suélteme! Déjeme tranquila!
    
    Forcejeaba con el viejo, quién se abalanzó sobre mí, sosteniendo mi brazos con los suyos, no parando de hablar y lamiendo mi rostro. Jadeaba ya y se contorneaba como si estuviéramos follando.
    
    - déjeme viejo de mierda! Suélteme.
    
    Yo le ...
    ... pegaba rodillazos, pero no podía zafarme.
    
    - ahhmm, ahmm, flaquita qué linda está, déjeme agradecerle su ayuda, déjeme ayudarle a que le pase el dolor.
    
    Ahí estaba yo, de espaldas al piso forcejeando con un vagabundo, que me lamía y babeaba. Yo que solo quería ayudarlo y ahora comenzaba a llorar y desesperarme.
    
    - a mijita no llores.
    
    El viejo me empezó entonces a besar la boca queriendo meter su lengua y a besarme el cuello. Jadeando y sobando su cuerpo contra el mío, sentí su olor fuerte a hombre y recordé mi calentura y las ganas de sexo.
    
    Ya perdía el miedo dando paso al morbo y deseo. Aun resistiéndose físicamente, por dentro comencé a desear sexo y exigir placer. El viejo sin parar de hablar ni moverse encima de mí besándome el cuello, lamiendo mi cara, besando mi boca.
    
    - eso flaquita, mejor? Duele?
    
    - déjeme ya. Sonó más a desgano que reclamo.
    
    Ya estaba algo cansada de forcejear y quería que el viejo siguiera.
    
    - oh, tranquila ya?
    
    Me besaba la boca, la cual empecé a abrir. Permitiéndole el paso a su lengua, entrando de a poco sentía su sabor a alcohol barato. Ya me besaba con propiedad y note su ancha lengua. Soltó un brazo y sobaba mis pechos.
    
    Yo permitía ya que me tuviera agarrada de mis brazos y con una mano, dejaba que metiera su mano por debajo de mi ropa, pellizcando mis pesoncitos.
    
    Estaba calentándome al máximo, cuando se aleja algo de mí. Lo veo y reacciona a la situación, se da cuenta que me tiene forzada a su merced.
    
    - se siente ...