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El book de fotos
Fecha: 15/03/2021, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... cultivado por el ejercicio. Nadie tiene un cuerpo tan formado sin esfuerzo. Me llamó la atención su escasez de vello. Sin duda se depilaban. El sexo también sin un sólo pelo. Sus miembros eran apreciables y estaban erectos. Me dio la sensación de que se habían tocado para ponerlos a tono o Ana a quien también había perdido de vista, les había ayudado. ¿También a estos los depilaba Juan o le encargaba el trabajo a Ana? – Sonreí por el pensamiento malicioso que había tenido. Mi sonrisa se heló cuando, sin mediar palabra, uno de ellos llevó su mano a mi sexo y empezó a frotar. Era un tacto húmedo y caliente. Me estaba aplicando algún tipo de gel. No tardé en ponerme de nuevo cachonda. Desplazaba mis labios vaginales hacia los lados metiendo un par de dedos entre ellos. Los subía y bajaba palpando y moviendo mi clítoris. Giré un poco más la pierna apoyada sobre la cama. Eso le permitía un mejor acceso. El chico sabía lo que hacía. No me hubiera venido mal un tío así en los momentos en que tenía ganas de sexo… incluso sin ganas, ya se encargaba él de que las tuviera. El chico sabía que ya estaba preparada pero al parecer prefirió asegurarse. Sentí como entraban dos dedos en mi interior. Girando según entraban, como si quisiera confirmar mi estado. Después se separó para dejar a Juan hacer su trabajo. Una serie de clics apuntando a mi sexo salieron de la cámara de Juan. Después de esto, Juan me dirigió para que me tumbara en la cama. De lado. Me levantó el ...
... vestido hasta la cintura y dirigiéndose a los chicos les dijo: - ¡Carlos!, levántale una pierna y preparado para meterla. ¡Oscar!. Tu polla delante de su boca. - ¿Meter qué? - pensé - ¿No será su rabo? - Al parecer yo no tengo que hacer nada más que dejar que me follen. De vez en cuando no viene mal un buen polvo y esta pareja parece que da juego. Uno de ellos se subió a la cama y se arrodillo detrás de mí, por debajo de mis nalgas. Me tomó la pierna derecha y la elevó, dejando todo mi sexo expuesto. Con un ligero movimiento pasó su rodilla sobre mi otra pierna, dejando la mía entre la suyas. Con delicadeza aproximó su polla hasta tocar mi coño, pero sin meterla. Notaba su glande haciendo contacto en mi raja y presionando ligeramente. Sus testículos descansando en mi pierna izquierda. El otro se plantó delante de mi cara apuntándome con su miembro erecto. La visión era extraordinaria. Su glande descubierto brillaba como recubierto de una fina capa de líquido. El resto de su pene presentaba alguna marcada vena a rebosar de riego sanguíneo. Su piel tensa por la expansión. - ¡Vaya rabo que tiene! ¿Cómo puede ser tan grande? - Pensé. - Abre la boca – escuché decir a Juan. Entendí que se refería a mí y obedecí. El chico aproximó su pene a mis labios, tocándolos ligeramente. Aprovechando el movimiento metió su mano por debajo del vestido hasta llegar al pezón de mi pecho izquierdo. Lo pinzó con dos dedos y apretó. - ¡Lo que me faltaba! Que me manoseen las tetas. – ...