1. Todo por mis braguitas


    Fecha: 18/03/2021, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    - ¿Sí?, ¿Dígame?
    
    - Hola Marta, chata, soy yo, Lydia... ¿Tienes algún plan para esta tarde?
    
    - Hola guapa... ¡Cuanto tiempo!, pues no, no tenía previsto nada.
    
    -¿Me acompañarías a comprar algo de lencería?
    
    - ¿De lencería?, ¿Otra vez?, ¿No me digas que te vas a comprar más braguitas?
    
    - Pues sí...
    
    - Vaya manía la tuya con las bragas...
    
    - Jeje...
    
    - Pero Lydia, hija, ¿Qué coño haces con ellas?
    
    - ¡Ay, si te contara...!
    
    - Huy, eso suena a que hay lío de por medio, ¿Eh?, ¿Que ha pasado? Venga cuenta, cuenta, guapita.
    
    - Es que es muy fuerte, Marta, de verdad. Ya te lo contaré otro día, con más tiempo.
    
    - De eso nada. No me puedes dejar así.
    
    - Es que es un poco lío...
    
    - Oye, ¿Me lo cuentas o qué?
    
    - Pues es una tontería, Marta...
    
    - Entonces... ¡cuenta!
    
    - Verás... las he ido regalando... o digamos, esto... ¿cómo explicarte?... perdiendo.
    
    - ¿Perdiendo las bragas?, ¿Pero qué dices, tía?
    
    - Lo que oyes...
    
    - Pero ¿cómo? A ver, ¡explícate! No me vaciles, anda.
    
    - Que sí, que eso, que he perdido más de 10. Ha sido de la manera más extraña.
    
    - ¿Has perdido más de 10 bragas?
    
    - Sí, pero no solo perdido... es que... no, no puedes imaginártelo.
    
    - No, claro que no me lo imagino, me tienes intrigada.... pero soy toda oídos.
    
    - Me da apuro contártelo, Marta. Solo de pensarlo es que me tiemblan las piernas.
    
    - Lydia, por favor, no me vengas ahora con eso. Somos amigas. Cuéntamelo o no te dirijo la palabra nunca más.
    
    - Pero si es ...
    ... una chiquillada.
    
    - Razón de más. ¡Venga!
    
    - Verás: recibí una llamada al móvil un buen día y se oyó la voz de un hombre, así como muy varonil, muy grave.
    
    - ¿Ah, sí? Mmmm, suena interesante...
    
    - Sí, pero me decía algo muy fuerte.
    
    - Vaya, que intrigante.
    
    - Pero cuando te digo fuerte... es ¡muy fuerte!
    
    - ¡Ufff, madre!
    
    - Decía literalmente: "Me apetece comerte el coño hasta que te corras en mi boca y después follarte bien follada... mmmm"
    
    - ¡Coño!, ¿En serio? ¡Venga ya!
    
    - Te lo juro.
    
    - Me dejas flipada, ¿Así sin más?
    
    - Era una voz atrapante, totalmente desconocida, pero que lo dijo de una manera...
    
    - ¿Y que hiciste?
    
    - No sé, pensé que o bien se había confundido o era una broma de algún amigo, le pregunté quién era... sé que tenía que haberle colgado desde el primer momento, pero entre la intriga, esa voz y todas las cosas que me repetía...
    
    - Pero ¿Aun te decía más cosas?
    
    - De todo. Algo así como: "No me conoces putita, pero estoy seguro que te gustaría ver este pollón que tengo para tí... estoy seguro que desearías comértelo, un rabo enorme para ti sola, zorra..."
    
    - Y fue cuando le llamaste "cerdo" y le colgaste, claro.
    
    - Pues no, no podía, Marta. Había algo que me lo impedía. No sé el qué, pero no podía dejar de escucharle.
    
    - ¡Lydia... no me lo puedo creer!
    
    - Era superior a mis fuerzas, no era capaz de reaccionar... esa voz tan sensual y salvaje a la vez, esas palabras me estaban poniendo cachondísima. No te haces idea. ...
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