1. Los senos de Olga, una fantasia


    Fecha: 19/03/2021, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Los senos de Olga, la realidad de una fantasía.
    
    Siempre los admiré, porque me despertaron permanentemente la libido. Supongo que así como existe fetichismo por prendas femeninas, también podrá considerarse fetichismo el excitarse y sentir fijación por alguna parte del cuerpo de una mujer.
    
    Eso es exactamente lo que me sucedía a mi con los senos de Olga, mi amiga hace varios meses. Aparte de tener un rostro sensual, Mónica posee unos senos de película, y lo mejor de todo es que casi siempre utiliza blusas semitransparentes, de seda, lo que permite apreciar sus tetas en todo su esplendor. Los senos de Olga han sido el motivo para muchas de mis masturbaciones, en ocasiones imaginándolos, en otras disfrutando en soledad de algunas fotos que tengo de ella. Los senos de Olga se habían convertido en mi obsesión y cada oportunidad que debía encontrarme con ella, o visitarla con cualquier pretexto, interiormente anhelaba que se hubiere puesto una de sus excitantes blusas. Pese a que mi trato con ella era muy cercano y nos teníamos mutuo afecto, jamás había pasado por mi mente proponerle algo íntimo, incluso pensaba que si ella se daba cuenta de mi fijación y excitación por sus senos, me lo reprocharía y todo llevaría a un conflicto, lo que yo menos deseaba pudiera suceder porque me encantaba hablar con ella.
    
    Sin embargo, e insisto que era mucha mi confianza con Olga, un día en que hablé con ella en la oficina, pues estaba sola y para mi fortuna con una blusa blanca, muy ...
    ... transparente, que dejaba semidescubiertos sus deliciosos senos, sin que ella se inmutara en modo alguno. Por el contrario, siguió en su diálogo conmigo, y yo no hacia sino mirarle esos globos por entre el encaje, ofreciéndome ese hermoso panorama que obligó a mi verga a una tremenda erección de la que tampoco ella se dio cuenta. Fue entonces cuando le comenté que yo utilizaba frecuentemente el Internet y que en una de las páginas que había visitado aparecía la promoción de un concurso de fotografía femenina en el cual la característica era el absoluto anonimato de las participantes, pues se trataba solamente de que quien concursara enviara fotografías de algunas partes del cuerpo de la mujer a la que se escogía. Olga, algo intrigada, me dijo que porqué le contaba eso y fue entonces cuando, con algo de temor, le confesé mi admiración por sus senos, de los que le dije podían perfectamente concursar con éxito.
    
    Al comienzo se sorprendió, pero luego, sin reprocharme nada, me preguntó si yo así pensaba, que si creía que podía participar en ese concurso y mi respuesta fue inmediata y afirmativa. Olga se sintió halagada, y, contrario a lo que yo pensaba, me agradeció que la hubiere tenido en cuenta, para luego preguntarme de qué modo podía participar en el concurso, eso si teniendo mucho cuidado en que no se vaya a revelar su identidad. Yo, que la tranquilice sobre que en ningún instante se podía saber su identidad, le dije que le podía tomar varias fotografías, siendo necesario ...
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