1. LOS HOMBRES DE LA CASA


    Fecha: 25/03/2021, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... huevos papá, están hinchados. Mi padre se sentó cerca y lo masturbo lentamente, lo hizo esa noche, las que le siguieron, perdí la cuenta. Mi hermano era insaciable y nuestro padre había perdido la vergüenza, le apretaba los huevos, le acariciaba las piernas. —Si se hace lento y parás de vez en cuando justo antes de llegar al orgasmo, si apretás los huevos, te aseguro que el climax es increíble. Le decía mi papá. —Cuando tenía tu edad mi pene no era tan grande, te felicito hijo, me superaste. Las noches que le siguieron se volvieron más calientes. Mi padre no preguntó, solo lo hizo, se metió la verga dura y babosa de Dylan, en la boca y se la devoró entera hasta tener arcadas. El cretino de mi hermano le sostenía la cabeza y lo animaba a que se la metiera toda. Dylan gemía fuerte, ya no se cuidaba si me despertaba o no. La adrenalina era tal que perdían control total de sus actos. Pude presenciar como mi padre se tragaba la leche y se relamía de placer y mi hermano le decía puta. A veces mi padre entraba desnudo y gateando a mi cuarto, ya bien de noche, asumiendo ...
    ... claro que yo dormía. Pero aunque estuviese a oscuras podía ver bien lo que sucedía. Mi padre le lamía los dedos del pie para que se despertará y le tironeaba de los vellos de las piernas si no se despertaba, lo manoseaba bruscamente y enseguida le sacaba la verga de los calzoncillos hasta que por fin se ponía dura como el yeso, y Dylan cruzaba los brazos tras la nuca. —Esta de dura papá, que me duele, lameme las pelotas gordito. El pene de mi papá era la mitad en medida comparado con la de mi hermano Dylan. Quizás la barriga lo hacia verse más pequeño. Pero sin duda mi hermano la tenía enorme y gruesa, los testículos rebosante de leche. —Pronto te van a sacar los yesos y todo esto se termina hijo, no puede seguir más. —¡Te voy a romper el culo, eso dalo por hecho! —No, por favor Dylan! Es imprudente. Veía como mi papá le pasaba la lengua por todos los testículos y subía por el tronco del pene y le lamía el glande hinchado y palpitante. Entonces no aguante más y pregunté en voz alta y clara. —¿Papá, que le haces a Dylan? Todos quedamos inmóviles en la oscuridad, 
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