Alicia 03/25
Fecha: 31/10/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues
... palpar la piel desnuda, ya podía sentir la tibieza de aquella piel en directo, ya podía subir hacia aquellos montes en cierne. El contacto directo creo que exacerbó su libido ya que la respiración indicaba otro nivel, una escalada en la profundidad de sensaciones, algo que hizo natural que alzase lentamente su ropa e iniciase a besar su pancita, su plano vientre que algún día sería receptáculo de futuras generaciones. Su ombliguito que recibía alimento materno mientras flotaba antes de venir al mundo, ombliguito olvidado por años, que ahora era centro de atención para mi boca, para mi lengua, parecía un agujerito que había que adorar antes de merecer el resto del cuerpo. Al poco rato no fue suficiente recorrer esa zona y creo que las urgencias de mi pequeña se demostraban en sus entrecortados suspiros, algo que me impulsaba a continuar por todo su vientre y subiendo, subiendo lentamente hasta vislumbrar aquellas invisibles tetitas, aquellas zonas con muchas terminaciones nerviosas que llevarían placer a su cerebrito. Mis labios recorrían suavemente la periferia rozando solamente los pezoncitos, hasta que la desesperación fue incontenible y tuve que chupar esas protuberancias, parecía que deseaba comer esa carnecita, desde apretar con los labios hasta casi morder y meterme en la boca la mayor cantidad posible. Ocupado en estos menesteres mis manos no podían mantenerse quietas, y entre recorrer su piernas y subir lentamente aterrizaron en su centro delantero, despacito, como ...
... sin querer, pero mis dedos ya masajeaban lentamente la zona. Esta acción no hizo más que disparar la biología de mi pequeña, ya emitía quejidos o suspiros que indicaban algo más que placer pasajero, y mi dedo índice trataba de hallar aquellas zonas que más respondían, no sabía exactamente si sentiría placer en el clítoris, o era una zona amplia sensible a las caricias. Mojando mi dedo con saliva, retornaba a dibujar aquellas maravillas, dibujar casi literalmente ya que parecía que lograba crear una gigante zona de placer con mis yemas, lo que serían sus labios mayores apenas se insinuaba y cada centímetro acariciado parecía crecer desde la última pasada. Todo esto transcurría con su bombachita puesta, solamente la corría un poco de costado ayudado por la suavidad de la tela y su holgura, parecía entre más decente y a su vez más morboso de este modo, no la desvestía pero llegaba a sus partes íntimas que me llamaban en silencioso grito. Lástima que aquello duró menos de lo pensado ya que unos temblores y quejidos me indicaron que había alcanzado su clímax, tal vez su segundo en la corta vida sexual que iniciaba. Quería dejar mis dedos en aquella zona que ya denotaba humedad, pero también deseaba que el camino le resultase lo más fácil y agradable posible, por lo que luego de un ratito para recuperar la respiración normal le acomodé las prendas pero quedamos fundidos en un abrazo que se me antojó eterno. Luego del fogoso encuentro y repuestos de la aventura, nos pareció correcto ...