Un domingo juntos
Fecha: 26/03/2021,
Categorías:
Erotismo y amor
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... tras ella, pero solo lo lograba por unos instantes y volvía a sentirla rozándose. A veces sentía su pechos erectos en su pecho, otra veces era su respiración agitada frente a él, otras era los pequeños gemidos acompañados de sus uñas arañándole la espalda. Esos pequeños detalles lo ayudaban a concentrarse para no dejarse llevar por el placer.
Sus manos querían tocarla toda y por eso las movía lentamente desde el trasero hasta su cuello, delineando cada centímetro.
La agitación en su respiración se volvieron gemidos, estaba sintiendo como el placer se acumulaba en su vientre. Su caderas empezaron a buscar velocidad y a presionarse cada vez más. Escucho como la agitación de él empezaba a sonar más fuerte, más ronca.
Sus caderas tenían vida propia, ya no eran solo subidas y bajadas, también se presionaba fuerte, también se movía hacia los lados. Siempre buscando su placer y el placer de su amado.
Cerró sus brazos en la espalda de ella y la empezó a ayudar con su vaivén. Cada vez que ella se presionaba él la ayudaba para llegar lo más profundo posible. La primera vez que lo hizo un gemido se escapó de la garganta de ella y eso le provoco placer, le indico que lo que hacía le gustaba.
- Solo un poco mas – dijo ella entre gemidos
Dos, tres, cuatro veces más, cinco penetraciones mas y ese cosquilleo en su vientre se extendió por todo su cuerpo. Un largo gemido ...
... anuncio su llegada, en su mente solo deseaba que él se quedara allí, adentro de ella, en lo mas profundo de su ser. Ese temblor que anuncia que todo se estaba llegando a su fin, pero que deja una sensación de felicidad, estaba dando sus últimas sacudidas.
Esa quinta penetración fue la culminante, el sentir como ella lo absorbía, como su cuerpo temblaba en sus manos, lo hizo sentir un completo placer. Su existencia, en ese instante, estaba entre sus piernas, dejando su cuerpo. Era increíble como un punto de su cuerpo le podía provocar tal placer, como ese punto ya no era solo parte de él, sino que ahora le pertenecía a ella.
Una vez que el placer se disipo de su cuerpo y dejo de temblar, enterró su cabeza en el cuello de ella agitado y sudoroso.
Él estaba escondido en su cuello, respirando agitado, dando pequeños temblores. Ella se sentía poderosa, amada y completa. Sabía que era el momento, pero era el momento perfecto entre los dos. Un momento de satisfacción completa que estaba compartiendo con él por primera vez.
Dejo caer su cuerpo hacia atrás y él se acomodó junto a ella, puso un brazo bajo el cuello de ella y la atrajo contra su pecho, que aún se movía agitado.
- Siento que te amo – susurro medio dormido
- Yo también – dijo ella agarrando las mantas para taparse ella y a él.
Despertaron por la tarde, con hambre. No hablaron de lo que paso, no había para qué.