1. Noche loca con una desconocida


    Fecha: 27/03/2021, Categorías: Anal Autor: Nikaibz, Fuente: CuentoRelatos

    Allí estaba yo, en un pub de lesbianas, pequeño y lleno hasta los topes. No sé ni cómo me vio, ni como la vi, pero me pareció la mujer más sexy que había visto nunca.
    
    -Esa tía te está mirando -me dijo mi amiga Tere.
    
    -No, que va.
    
    -Ahora me ha mirado a mí -me dijo de nuevo.
    
    Era verdad. Miraba a mi amiga y a mí, intentando descifrar si teníamos algo, pero llego la novia de mi amiga y la besó. La desconocida esbozó una sonrisa y volvió a mirarme, esta vez, directamente a los ojos.
    
    El calor que sentí por esa mirada, se redujo a un punto exacto entre mis piernas. Tragué saliva y también le sonreí.
    
    Nunca había entendido el término ojitos hasta aquel día, pero me miraba de una manera sexual y lasciva, y a mí me estaba consumiendo.
    
    -Madre mía, niña. Te va a comer con los ojos -dijo la novia de Tere.
    
    -Sí. Me está poniendo nerviosa -contesté mientras cruzaba las piernas.
    
    El rubor cubría mis mejillas, pero aquella mujer seguía mirándome. La observé durante un momento. Era alta y fuerte, llevaba vaqueros que se ceñían perfectamente a sus piernas, una camiseta de nadadora dejaba ver un cuerpo atlético, y su cara era preciosa. Llevaba el pelo largo, recogido en una cola de caballo. Definitivamente, era sexy y atractiva.
    
    -Vamos a bailar -dijo Tere tirando de mí.
    
    Sonaba una canción de moda, no puedo recordar cual. Solo puedo acordarme de sus ojos que me miraban mientras yo movía las caderas.
    
    Después de cinco canciones, mis amigas desaparecieron, y yo me fui ...
    ... al baño.
    
    El aseo era más grande de lo que esperaba. Varios cuartos con sus urinarios, tres lavabos y un sofá en forma de besos ocupaban la estancia.
    
    Cuando uno de los baños quedó libre, entré pero noté una mano en la espalda empujándome detrás de mí.
    
    La puerta se cerró, y yo sabía que no estaba sola. Me armé de valor dándome la vuelta, dispuesta a darle una patada en culo a la que se había metido conmigo en el baño. Pero me encontré con aquellos ojos. La miré, me miró, y en menos de un segundo me encontré contra la pared lateral, y unos labios ardientes besándome. No lo dudé ni un segundo y yo también la besé. Su lengua era dulce y sabía todavía a cerveza, pero me gustaba. Nunca había hecho algo así con una desconocida, pero estaba totalmente dispuesta a que me hiciera lo que quisiera.
    
    Sentí su mano bajando por mi cara mientras rompía el beso para mirarme. Deslizó el pulgar por mis labios y yo lo rocé con la punta de la lengua. Ella suspiró, y volvió a besarme. Bajó su mano por mi cuello, y rozó ligeramente mi pezón. Me agarró las dos manos y las subió por encima de mi cabeza, me inmovilizó las muñecas con una sola mano, y no dejó de besarme en ningún momento. Yo estaba tan mojada que pensaba que se notaría a través de mis vaqueros.
    
    Mi desconocida me mordió el labio y gruñó algo que a mí me excitó muchísimo. Bajó por mi cuello rozándome con su lengua húmeda. Con su mano libre atrapó uno de mis pechos con firmeza. Mis pezones estaban erectos y, ella al notarlo, ...
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