El regreso (II)
Fecha: 31/10/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... solo murmullo. No era necesario. Gabriela vio
Vio su obra , vio la entrada que ella había abierto, vio el comienzo de ese túnel maravilloso, desde el cual manaban pequeños hilos de un liquido platinado por la luz y sintió la llamada.
De rodillas frente a ella separó con sus propias manos los labios queridos y su lengua se hundió sin pudores para situarse , posesiva , donde nadie había estado y para marcar con su tacto cada borde , cada sinuosidad. No quería perderse nada , y no quería que se fuera . Para retenerla con mayor fuerza , abrazó sus nalgas perfectas y aumentó la presión de su boca en su fuente y la recorría en círculos , y hacia arriba y hacia abajo y salía desde su fondo para volver a penetrarla
Erica , en el paroxismo del deseo silencioso, se había tendido sobre el diván , y sentía la lengua de su amiga en su interior ocupando un espacio que ella hasta ahora , ignoraba que tenía , pero que estaba feliz de poseer porque se lo daría para siempre y sintió que sus paredes se contraían y que la lengua de Gabriela era empujada hacia afuera y resistía , no quería salir y lucharon y en esa lucha le abrazó el espasmo que la conmovió completa y gimió.
En ese momento se escucharon los golpes en la puerta , Pero ellas estaban en la cúspide de su deseo desenfrenado y solamente eran lengua y vulva ,labios, suavidades, ...
... palpitaciones .
Ahora trataban de encontrar las mejores posiciones , los mejores ángulos, dándose indicaciones con murmullos ahogados , porque ninguna de las dos quería quebrar el silencio que les permitía escuchar los sonidos excitantes que la lengua de Gabriela producía al entrar y salir en la jugosa vulva o al hacer con ella vibrar los labios menores o al recorrer en toda su longitud sus labios mayores succionados con deleite infinito.
Los golpes seguían en la puerta y ellas nunca la abrirían porque no necesitaban la presencia de un miembro perturbador que solamente podría molestar con su presencia dura la suavidad del encuentro de sus intimidades palpitantes .
Erica se consumía de gozo. La lengua de Gabriela hacia prodigios y sus dedos suaves y humedecidos recorrían al mismo tiempo la hendidura entre sus nalgas cerrando un círculo de placer perfecto.
Gabriela levantó ambas piernas de Erica y hundió su lengua con fuerza agitándola en su interior en todas direcciones . Erica se contorsionó gimiendo y cuando se sintió toda líquido y toda placer le preguntó
-Dime Gabriela ...¿Cómo se llama... cómo se llama lo que estamos sintiendo.
Ella le contestó , mirándola desde abajo con los ojos brillantes de pasión , modulando las palabras con su lengua feliz apenas fuera de la cueva maravillosa .
- Se llama ... Libertad.