cabezona 1 - Meeting the Cabezona - Relatos Eróticos

cabezona 1 - Meeting the Cabezona

A mis doce años ya estaba totalmente definido en mi orientación sexual, me encantaba el sexo, había pasado desde mis ocho años probando vergas de toda clase, tamaño y color con mi boca y culo, tambien me comí varios culitos menores que yo de prim@s y amig@s; pero este relato que les cuento ocurrió en las vacaciones de verano en casa de mi tío, mi familia y yo eramos de portuguesa en Venezuela, mi papá había conseguido trabajo en Lara (el estado de junto), mi papá y yo pasaríamos los proximos veinte días viviendo en casa de mi tío, el cual tenía dos hijos. Uno era jacinto, un encantador niño de siete añitos, muy rubio, su cabello era casi blanco y sus ojos tenían albinismo ocular por lo que el azul de sus ojos era casi un blanco, y su hermano mayor Alejandro, un joven de diesiocho años de piel clara y cabello castaño claro, de pestañas largas y ojos verdes, con un cuerpo bien marcado pues hacía mucho deporte; por el contrario yo no me desenvolvía bien en esa materia y pues siempre era objeto de burla por parte de mis otros primos y amigos que me tildaban de timido y virgen (JA!). Cierta mañana entré a la habitación de Alejandro quien se encontraba vistiendose para ir a un partido de fútbol, estaba a punto de llamarlo a desayunar pero al verlo sentado en su cama colocandose la remera deportiva en calsonsillos no pude evitar notar el tremendo paquete que se le marcaba entre las piernas, solo me quedé ahí viendolo como tonto. -Dime primo? -preguntó él. -Ehm. Ah! -recordé- mi ...

... tio dice que bajes a desayunar. -Enseguida bajo. Desde esa ocasión no podía evitar mirarle el bulto a mi primo cada que podía, una vez incluso me metí al baño mientras él se duchaba con el pretexto de casi orinarme pero sin lograr ver algo; pero cierto día su hermano jacinto se quedó en casa de su madre permitiendome a mi dormir con Ale, mi papá trabajaría hasta altas horas de la noche al igual que mi tío, asi que esa noche le vi cambiarse de ropa, se colocó una franela para dormir y su deleitable calsón. Disimulé tanto como pude pero mientras charlabamos aún con la luz encendida Alejandro me dice con tono de seriedad: -Te gusta?. -Que? -Si te gusta mi verga? -preguntó Ale. -No! -mentí. -Ah! entonces no te gusta esto?! -me dijo una vez mas pero meneando su bulto de un lado a otro mientras yo como un pendejo seguía cada movimiento de su verga con la mirada. -Primo! -repitió- se honesto conmigo, si me dices que NO te gusta mi verga, entonces deja de mirarmela tanto que se nota. -. -Y si me dices que SI te gusta te dejaré verla, te parece? -. -Te gusta? -. Si. -Quieres verla? -Si! habiendo dado consentimiento mi primo se sentó en su cama con las piernas abiertas, yo me arrodillé frente a él a solo treinta centimetros de su bulto, Ale se levantó para quitarse la ropa interior y en un movimiento involuntario (tal vez) casi me toca el rostro con el pedaso de carne que vi, aún flacida era notablemente gruesa y grande, Alejandro volvió a sentarse y se recostó dejandome a mi ver tanto ...