Una historia maravillosa
Fecha: 01/11/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... como seguir. Hablábamos de la situación con algo de angustia y culpabilidad. Pensábamos en dejarlo. Por un lado no queríamos ir más allá, ni continuar, por otro lado, con esos encuentros furtivos de abrazos y besos en mi despacho pero, por otro lado, hacer el amor con ella era lo que más deseaba en el mundo en ese momento.
La oportunidad se produjo unos días mas tarde.
Ella tenía que ir a una población cercana por temas de trabajo y yo podía organizar mi trabajo para coincidir con ella allí. A media mañana habríamos terminado con nuestros respectivos compromisos y podríamos buscar un hotel. Dispondríamos hasta media tarde, momento en el que deberíamos volver a nuestras respectivas casas. Dejamos nuestros sentimientos de culpabilidad atrás.
A la 1 del mediodia nos juntamos, libres ya de toda ocupación. En el coche nos fundimos en un beso y acudimos hasta el hotel del pueblo. La siguiente hora fue un poco accidentada ya que el hotel estaba cerrado, otro estaba lleno, en el pueblo de al lado había otro hotel pero era muy feo así que por fin, casi 50 km mas allá encontramos un precioso hotel.
El rato de contratar la habitación y que nos inscribieran y nos dieran las llaves fue mas duro de lo que pensábamos, que vergüenza pasamos!!, aunque la persona que nos atendió actuó de una forma completamente profesional. Al final nos dieron una bonita habitación abuhardillada.
Cuando entramos, las cortinas estaban cerradas y no había más luz que la de las lámparas de las ...
... mesillas de noche que se habían encendido al entrar.
La habitación estaba muy bien decorada con muebles antiguos y el ambiente era calido, … en todos los sentidos… La calefacción cumplía con su papel manteniendo la alcoba en una temperatura muy agradable.
Ella dejo el bolso, yo el teléfono móvil, nos acercamos, nos abrazamos y nos besamos.
Me miró a los ojos y me dijo:
-No hay demasiada luz?
Me separé de ella, encendí la luz de una lámpara alejada de la gran cama y apague las de las mesillas, la habitación quedó en penumbra
-Así mucho mejor, soy un poco vergonzosa
Se acercó a mí y me cogió la corbata
-deja que te quite esto – me dijo.
Y me quitó la corbata y la americana, continuó con la camisa y me la desabrochó entera
-quítatela para que no se arrugue.
Me la quité y me dispuse a descubrir su cuerpo. Estaba muy nervioso… histérico… ella era preciosa y me estaba mirando con unos ojitos que, en ese momento, hubiera querido sujetar ese instante para toda la eternidad. Llevaba un vestido de una pieza y tuvo que ayudarme a quitárselo, las medias también.
Solo la cubría un conjunto de braguita-tanga y sujetador de color claro que contrastaba con su bonita piel morena. Se sentó en el borde de la cama junto a mí, me desabrochó los pantalones y me los quitó.
No sé si en ese momento ella pensaba en seguir con mi ropa interior pero, creo que si lo hacia no iba a poder aguantarme así que, antes de que continuara, me recosté suavemente junto a ella y la ...