Una historia maravillosa
Fecha: 01/11/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... vez que lo acariciaba. Continuó besándolo.
Se puso a cuatro patas y fue bajando con sus besos. Era evidente a donde se dirigía y yo estaba firmemente dispuesto a dejar que llegará.
Se puso entre mis piernas de rodillas y me miró sonriendo juguetonamente. Se agachó y comenzó a lamerme por entre mis piernas, mis testículos, otra vez mis piernas. Se situó frente a mi pene y lo beso. Primero un beso tierno en la punta, luego más, por ultimo se la introdujo del todo.
Movía la boca con una maestría indudable, sentía todo y mas, sus dientes, su lengua, sus labios, su aliento calido. Las yemas de sus dedos acariciando alrededor. Su ritmo, la visión de su cuerpo desnudo concentrado en mi sexo.
Volví a sentir que algo venia,… todo venia, tensé las piernas, los brazos, la espalda, cerré los ojos… tenia que avisarla…
- me voy a correr – susurré
Ella retiró su boca en el último momento en el que yo esparcía por alrededor todo mi semen en violentas contracciones. Ella no retiraba sus manos en un ligero movimiento acompasado con mi violento orgasmo. No sé exactamente que pasó después, solo sé que volvíamos a estar ...
... abrazados tiernamente y que el tiempo parecía haberse detenido.
Comencé a recorrer su cuerpo con mis dedos, sus pechos, sus brazos, su vientre… cuando me acerque a su sexo ella se contrajo levemente y cerró los ojos. Estaba claro que había localizado uno de sus puntos débiles…. Seguí acariciándola y metí mis dedos en su sexo. Estaba completamente mojada. Se abrazó fuertemente a mí.
Como pude, debido a la postura, continué acariciando su sexo con mi mano derecha. Ella se apretaba a mí con fuerza y volvía a comenzar a jadear, ahora de una forma mas abierta. Ella se movía al mismo ritmo que yo la acariciaba y poco a poco fue subiendo de intensidad hasta que comenzó a correrse nuevamente con fuertes movimientos de pelvis y jadeos. Me apartó la mano y se quedó relajada. Me abrace a ella.
Estando muy próxima a ella la pude oir tarareando una canción…
- cantas?
- Me relaja
La bese tiernamente. Había sido uno de esos momentos que uno no podrá olvidar nunca.
Al rato nos duchamos, nos vestimos y nos fuimos a nuestra ciudad y a nuestras casas. Hemos seguido teniendo encuentros pero eso son otras historias.