Mis putachas (Cap. 2): Conociendo a putacha Sofía - Relatos Eróticos

Mis putachas (Cap. 2): Conociendo a putacha Sofía

Agradezco todos los comentarios enviados a mi correo.

En el último día de la reunión empresarial el Ama al regresar a su cuarto para descansar le ordenó a su putacha que se le arrodillara para darle masaje de pies. La putacha se inclinó ante su Ama, le besó los pies y enseguida comenzó con la tarea encomendada; al ir a la mitad del masaje su Dueña le ordenó que después del masaje la bañara y que una vez habiéndole aseado se dedicara a empacar sus cosas, ya que en la tarde regresaban a Mazatlán, la putacha respondió “como usted ordene MI DIOSA”. Terminó el masaje besándole una vez más los pies para después dirigirse realizar lo necesario del baño de su Ama y señora.

Una vez que terminó de asear al Ama se puso de inmediato a empacar las cosas de su dueña y así estar lista para llegar a tiempo al aeropuerto y no perder el vuelo por su culpa. Tres horas antes de que despegara el vuelo, el Ama tomo camino del aeropuerto y al llegar se veía poderosa con un caminar firme y elegante digna de toda una reina, mientras que su putacha derrotada venía cinco pasos detrás de su Ama, con la mirada puesta fijamente en los talones de su señora y así poder saber dónde se dirigían, ya que ella no tenía permitido alzar la mirada por ser una putacha sin ningún privilegio y cargando todo el equipaje.

Al momento que tocaba abordar el avión de regreso, el Ama dio un incentivo económico a la azafata para que su perra pasara también con ella a primera clase y así poder volar siendo servida ...

... por su esclava, obviamente después de ese generoso incentivo, la azafata permitió pasar al Ama con su perra por detrás. Al abordar y estar ya instalada en los asientos de primera clase, el azafata se acercó al Ama y le pregunto si se le ofrecía algo de beber, el Ama dijo para mí una copa de vino blanco y para mi perra solo un vaso chico de agua al tiempo. La azafata enseguida acato los deseos del Ama.

Después de unos instantes llegó la azafata con la copa de vino blanco y el agua tibia de la perra. El Ama dijo a su perra “el agua que pedí para ti perra solo podrás beberla hasta que te la ganes, mientras tanto chúpame los pies”. La perra empezó a besar y lamer los pies de su dueña como si se le fuera la vida en eso, y que tenía sed y deseaba poder beber ese pequeño vaso de agua aunque fuera tibia.

La azafata desde lo lejos miraba como esa chica era sometida con tan solo decir una vez las cosas su dueña y eso le excitaba a la azafata, así que decidió discretamente en la charola de los alimentos pasarle una notita que decía “he notado como tiene a su perra sirviéndole y me tiene realmente excitada”.

El Ama fingió no prestarle mucha atención a esa nota escondida entre los alimentos, sin embargo al tiempo de recoger las bandejas el azafata se dio cuenta que al reverso de la nota decía “si te interesa ser mi perra descenderás del avión detrás de mi sin decir palabra alguna y con la cabeza mirando al piso”, la azafata se excitó aún más todavía y desde ese instante se fue a su ...