1. Los Hetero Curiosos, Parte 2


    Fecha: 05/05/2021, Categorías: Gays Autor: carlos.cifuentes280, Fuente: SexoSinTabues

    ... algo en mí también. S: ¿Querí que te folle de verdad?, pídemelo claramente mariconcito… dime que querí!! – Le dije con autoridad, sorprendido de mí mismo al ver esta faceta desconocida hasta el momento. E: Metemelo weon, quiero escuchar mis cachetes aplaudir, quiero que me rajes el orto… Follame fuerte y duro maricón… a ver si erí un macho de verdad. Casi me sentí herido al escuchar esto… casi xD!. Se la saqué por completo, le di un escupitajo en su hoyo semi abierto, golpeé sus nalgas con mi pene, que estaba como un fierro. Él se abría las nalgas con tanta fuerza, que su piel se volvía más blanca ahí donde sus dedos la estiraban. Contemplé por un segundo la imagen, y la bestia se apoderó de mí. Sin miramientos lo clave profundamente, mis bolas en sus bolas… con un sonoro ¡PAFF! El quejido de Erick fue majestuoso, soltó sus nalgas y una de sus manos fue directamente a palpar su ano, mientras que, con la otra, se apretaba intensamente la base de su pene. S: ¿Estay listo pa lo de verdad maricón? – Le dije autoritario. Y sin darle tiempo de responder, lo empecé a follar fuertemente, mientras él se quejaba en cada penetrada profunda que le propinaba. Estuve un buen rato en esa posición, follándolo duro y azotándole sus grandes nalgas. S: ¿Te gusta así weon? E: Si conchetumadre, me encanta como me rompí el poto – Dijo entre gemidos. Me salí de él y lo hice voltearse. Pude ver su cara, de la comisura de sus labios goteaba saliva, su rostro estaba completamente rojo y sus ojos ...
    ... entrecerrados. Luego, pude ver su pene. Se veía aún más grande de lo que era (si es que eso fuera posible), de la cabeza brotaba un hilillo sin fin de líquido pre seminal, que se acumulaba en su ombligo y escurría hacia un costado, para perderse en las sabanas de la cama. Subí sus piernas a mis hombros y volví a poseerlo, fuerte y sin miramientos. El gimió nuevamente cuando mis bolas tocaron finalmente sus nalgas. Su pene brincaba sin parar y sus bolas subían y bajaban en su saco. Empecé a moverme firmemente a una velocidad constante. Él se aferraba a las sabanas y gemía fuertemente en cada estocada. Yo estaba en el cielo, un curioso penetrado fuertemente por mí, con una herramienta considerablemente más grande que la mía, y gimiendo como si no hubiera un mañana debido a mis penetradas. S: ¿Soy suficiente macho pa ti maricón? ¿Qué erí weón? E: Soy tu hembra, preñame weón… reviéntame el hoyo, déjame moqueado… quiero ser tu perra weón. S: No se te ocurra tocarte la tula weón – Le ordené. Aceleré mis movimientos y empecé a penetrarlo rápidamente. Sus nudillos estaban blancos de tanto apretar las sabanas y su pene no dejaba de dar saltitos cada vez más fuerte. Como sabrán si han leído mis otros relatos, me demoro considerablemente en eyacular, y esta no fue la excepción. Me movía a una velocidad impresionante, metía y sacaba mi pene casi en su totalidad, para volver a meter mi pene bien profundamente dentro de Erick. Sudábamos mares, el aire estaba enviciado, con el olor a sudor, ...
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