Cómo conocí a mi marido
Fecha: 06/05/2021,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... intentado salir rápidamente hice un movimiento rápido pero él fue más rápido que yo y tomándome de la blusa me la jaló haciéndola jirones, me tomó entre sus manos y comenzó a lamerme la cara, sentía un asco enorme quise gritar pero estaba paralizada por lo insólito de su actitud y por el miedo que me infundía, me tomó del cuerpo de todo cuanto quiso y sujetándome de los cabellos me bajó a la altura de sus genitales y sacándoselo me pidió que lo lamiera yo comencé a excitarme y desobedeciendo a toda costumbre y principio moral, lo chupé con tales ganas que podía escuchar cómo entraba y salía de mi boca, este sonido lo encendió más él, y yo en el piso como estaba pude pirar al ser que tanto saco me daba se complacía con meter su pija en mi boca, aquel sujeto me inspiraba un asco promiscuo y atrayente, así que como yo había visto películas pornográficas quise hacer lo que en ellas se veía y hacía, sólo que mi inexperiencia volvía mis movimientos un poco torpes pero ello no importaba porque cuando eso sucedía él me dirigía con tal maestría que parecíamos unos pornostars de primera categoría, me levanté y él quiso introducirme su ...
... pollo en mi concha, pero sus movimientos eran bruscos y me lastimaba, pues yo era virgen, él me puso a cuatro patas y montándome me la metió de un solo golpe, yo comencé a sangrar él se excitó más y aceleró el ritmo mientras me nalgadeaba con tal fuerza que pensé que me reventaría las nalgas de tanto golpe, me la metía y me la sacaba como loco, yo estaba apunto de correrme pero antes de eso comenzó a llamarme zorrita, y facilita eso me encendia y noté que él ya casi no se movía para metérmela sino que yo era la que me parecía una verdadera ramera moviéndome para que no dejara de follarme así lo hice hasta que reventé en un orgasmo tan violento que sentí perder las fuerzas en las manos y en las piernas pero él continuó fajándome un rato más para que pudiera también terminar, y ya cuando está a punto me la zabulló hasta fondo, sentí cómo me humedecía por dentro lo caliente de su líquido, me puse de pie y serramos con un de frente yo montada en él como un changuito a su madre chango, sudados, él con su mal hálito, y yo con mi cuerpo al desnudo sudada y mi cuerpo esbelto era de él y partir de ese momento supe que siempre sería así.