1. Rubí Azul


    Fecha: 11/05/2021, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Rubi1982, Fuente: CuentoRelatos

    ... dedos acariciaba mi ano que lentamente comenzaba a relajarse y abrirse, deseoso de ser penetrado. Yo también la tocaba, su concha estaba hinchada, húmeda… al sentirla sentí un arrebato y la acosté en la cama y comencé a chuparle el clítoris, la vagina, era una sensación muy excitante. Después de un par de orgasmos, se incorporó y comenzó a lamer mi concha empapada, mientras metía y sacaba un dedo de mi vagina. Estaba muy caliente, por terminar, cuando me penetró el ano, en ese instante en que todo se nubla en el éxtasis del orgasmo se apareció Martín, que contrario a lo que yo imaginé, rápidamente se sacó el pantalón y el bóxer y acercó su hermoso pene a mi boca. Aún no estaba totalmente parado, pero en mi boca se sentía como latía la sangre en su tronco, en su glande. Empecé a chuparle las bolas, me las metía de a una y de a dos en la boca mientras el se masturbaba y Azul seguía con los suyo en mi culo y en mi vagina.
    
    Martín ya tenía la pija muy dura, muy roja de sangre, así que agarró a Azul, la puso en cuatro quedando mi cara debajo de su ...
    ... concha, y comenzó a penetrarla, a la vez que yo les chupaba la concha y los testículos y me tocaba, ya que seguía muerta de ganas de más y más orgasmos.
    
    Una vez que ella terminó, Martín se colocó cerca de mi vagina, pero me penetró el culo, el éxtasis y la calentura eran extremos… Si bien no soy muy asidua del sexo anal, siempre es algo que me da vértigo y me calienta mucho… Azul, que como ya dije es una mujer atrevida, me lamió una teta, la dejó mojada y con el pezón duro, y posó su vagina en él, haciendo movimientos cada vez más rápidos mientras besaba a Martín, yo le agarraba el culo, lo dirigía en sus movimientos, le acariciaba el ano y cuando podía, por la distancia) le daba una lamida. Finalmente terminé, tuve un orgasmo de esos que te dejan knock out, Azul también estaba extenuada, pero esperamos las dos a que Martín eyaculara sobre nuestros pechos. Así fue, su leche caliente comenzó a estrellarse en nuestras tetas, y nosotras nos abrazamos jugando con lo resbaloso del semen… Los tres quedamos rendidos, nos dormimos, y al día siguiente Azul se fue. 
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