Un caramelo delicioso y una cogida en la arena de un arroyo inician un idilio
Fecha: 13/05/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: Toshka, Fuente: CuentoRelatos
Un sábado que mi amigo de la universidad, Roberto, me invitó a jugar béisbol en su equipo, me dirigí a su casa para de ahí pasar al campo de juego; sería mi primer partido formal de ese deporte. Sin embargo, ese día nublado no nos dejaría jugar porque al llegar a casa de mi amigo empezó a llover fuerte y así fue durante más de dos horas. Roberto estuvo llamado a sus amigos de equipo para decirles que se posponía el encuentro. En plena lluvia llegó su hermano menor que venía de jugar fútbol de su escuela la preparatoria y entró totalmente mojado; estábamos viendo un partido de fútbol en la televisión en la sala y Valente, el futbolista, apenas entró se quitó toda la ropa, sabiendo que sus papás trabajaban los sábados y la única hermana vivía en otra ciudad. Yo casi no tenía tratos con los familiares de Roberto por vivir algo alejados de su hogar, pero las veces que había visto y hablado con Valente algo de él me llamaba la atención y al estar juntos me causaba una sensación de nervios, así que no hay que tener mucha imaginación para saber cómo me puse al verlo desnudo completo y chorreando agua de 'aquellito', que aunque de tamaño normal, se me antojó como si fuera un caramelo. Yo regresé mi vista a la TV tratando de disimular mi alteración ante aquel excitante espectáculo, pero creo que Valente sí detectó mis nervios, por lo que sucedió después de ir a secarse, ponerse un pantaloncillo corto y regresar a sentarse en un sillón cerca de mí. Yo estaba sentado en el piso y un ...
... tanto recargado en dicho sillón, pues siempre me ha gustado ver la TV desde el piso. Para hacer ameno el momento, Roberto fue a preparar algunos bocadillos para comer mientras veíamos el partido.
¿Qué les gustaría comer para acompañar el juego? preguntó levantándose hacia la cocina
-Yo nada, me comí 2 tacos al terminar el juego- dijo Valente mientras se daba golpecitos en la barriga
-Lo que quieras- dije yo -tal vez salchichas y queso para picar-
-Sale, ya vuelvo-
Apenas desapareció Roberto, Valente empezó a sobarse la entrepierna sobre el pantaloncillo, apenas a medio metro de mí.
Estando yo de frente la TV, Valente no podía ver mis ojos pues estaba ligeramente atrás de mi, así que aproveché para ver de reojo como su miembro creció bajo su ropa; mis nervios se acentuaron y no sabía qué hacer, pues no sabía que intención tenía el hermano de Roberto al acariciarse el miembro. Mi duda desapareció cuando en vez de acariciarse movió su mano para que poco a poco se subiera la manga del pantaloncillo y empezara a asomar la cabeza de su verga por la parte baja del mismo.
Sin pensarlo nada, moví mi brazo hacia el sillón y la apoyé justo junto a su pierna mientras dirigí la vista hacia la puerta de la cocina, para vigilar si Roberto entraba. Valente tomó mi mano y la metió por la manga de su short y así pude sentir que aquel caramelo era muy macizo, de inmediato lo estrujé y lo exprimí con ansiedad y mis palpitaciones a mil volteando hacia la puerta pero deseando ver ...