1. Mi esposa, mi hijo y yo


    Fecha: 05/11/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: emeefe, Fuente: CuentoRelatos

    ... Y mucho. Y si vos, o sea, lo tuyo, siguió creciendo desde que eras chico, debés estar pero que muy pero muy bien dotado. O me equivoco?
    
    -Eeeeee… mamá… Es queeee lo tengo, raro.
    
    -Cómo qué raro? Vení, tu padre no está, vamos a mi dormitorio que vamos a estar más cómodos.
    
    Leo fue detrás de su madre al dormitorio nupcial, el mismo dormitorio donde había sido concebido veintitrés años atrás. Y una vez adentro, Cecilia sin decir agua va, le manoteó el bulto a su hijo por encima del pantalón y empezó a frotarlo mientras le decía –Vamos a ver qué tiene de raro. Vamos a ver que tenés para darme. A los pocos segundos y notado ella que el pene de su hijo ya estaba bastante duro aunque no del todo, le dijo –Mostráme, a ver?? Mostráme. El hijo, ni lerdo ni perezoso y con el cuerpo tambaleándole de los nervios y la emoción, se bajó el pantalón y luego el bóxer… Y ahí estaba “el amigo”. Cecilia pegó un chillido de emoción mientras se reía tapándose la boca y abría los ojos grandes como platos. –Pero Leo!!! Que es esto!!! Nunca vi nada parecido!!! El miembro de su hijo se presentaba semi erecto a los ojos de Cecilia y lo “raro” se mostró en toda su magnitud. El pene no era tan largo pero el grosor, aun sin estar erecto del todo, era descomunal, parecía una lata de Coca Cola y ella supuso que estando erecto del todo sería como una lata de las de medio litro. Aún así, el largo sería de unos 20 cm que unidos al grosor descomunal daba por resultado algo increíble.
    
    -Ayyyy Leo!!! Es ...
    ... una maravilla eso que tenés entre las piernas. No sé cómo voy a hacer con semejante aparato!! Te juro que nunca vi nada parecido y mucho menos probé algo parecido, ayyyy mi Dios!!! Vení, vamos a la cama, mi vida. Me voy a desnudar para vos, solo para vos y vas a ver si te gusto o no, le dijo mientras ya se estaba bajando la bombacha y apuntaba con su trasero a Leo y mientras lo miraba de costado y meneaba sus caderas le decía –Te gusto o no te gusto? Era una pregunta muy hija de puta porque la realidad es que era una flor de hembra, se la mire desde donde se la mire. Era una hembra con mayúsculas… y necesitaba ser atendida por un macho urgentemente. Y ese macho era su hijo… y que macho! Se acercó y le agarro la poronga que ya estaba más crecida pero aún faltaba, su mano no alcanzaba ni por lejos a rodear su circunferencia, comenzó a masturbarlo lentamente mientras al ritmo de la paja, sus huevos subían, bajaban y se bamboleaban y su pija se ensanchaba y crecía en largo también.
    
    -Uuuuuhhh que rica poronga que tiene mi hijo le decía ella a él en la oreja como si fuera un secreto. Que rica! Que rica! Me la vas a dar todita mi vida? Quiero tomar la leche. Te sale mucha, mi cielo? Te gusta lo que te hago?
    
    Leo estaba dejando los tabúes atrás y gozaba como nunca de la mano de su madre masturbándolo. –Qué lindo, vieja!! Que paja me estás haciendo, sos una hija de puta oooohhh!! Tanto te gusta la pija?? –Siiii, me encanta la pija, le decía mientras aumentaba la velocidad. Ella ...
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