1. Mi primer anal a los 19 años


    Fecha: 06/11/2017, Categorías: Confesiones Autor: bauman18amy, Fuente: CuentoRelatos

    ... empezó a hacer. Me aparté de inmediato.
    
    -¿Qué haces?
    
    -¿Tu que crees?-me sonrió con malicia. Sonreí.
    
    -Eres un marica.
    
    -Y tu una pirobita. -me dijo. Salte sobre la cama para golpearlo pero en cambio me puso bajo su peso y me dejó las manos agarradas sobre la cabeza-Pero mi pirobita.
    
    -¿Ah sí?-le dije. Con lo ligero de mi ropa no tuve problema para sentirle el pene creciendo bajo el pantalón de sudadera que llevaba puesto- dime algo primero, ¿por qué y desde cuándo es que nosotros somos así?
    
    -Eres mi mejor amiga pero no me quita lo hombre, May.-bajó la cara para besarme el cuello-Ni los ojos.
    
    -Pues gracias supongo. -me costó sacar esas palabras. Tenía ganas de hacerle de todo a este hombre. Me besó con fuerza, como él sabía que me gustaba. Me aflojó el agarre de las manos y yo las bajé de inmediato a su cadera para pegarlo a mi cuerpo, lo abracé con fuerza y sentí aún más la dureza de su miembro. Nos separamos cuando nos faltó el aire y yo aproveché para moverme y ponerme encima de él.
    
    Le volví a besar un poco y bajé las manos a su entrepierna, tocándolo sobre la tela. Le fui metiendo la mano de a pocos y al final cuando se la agarré ya la tenía durísima. Lo escuché gruñir un poco. Y mi placer aumentaba a cada segundo sin haber hecho un solo movimiento, me sentía de lo más excitada.
    
    Alejé la cara y me apoyé en su cuerpo para levantarme en las rodillas. Me levanté un segundo para bajarme las bragas y quitarme la chaqueta. Él se quitó el pantalón y me ...
    ... alzó del culo, enredé las piernas a su alrededor. Se acostó en la cama de nuevo, dejándome encima suyo.
    
    De inmediato me senté dejando que su verga entrara libre por mi vagina. Y se sintió perfecto. Yo ya estaba suficiente mojada para que se deslizara y me hiciera brotar el placer. Empecé a saltar de a pocos, cerrando los ojos como siempre hacía. Me mordí los labios y apreté mi agarre en sus hombros. Saltaba una y otra vez él empezó a manosearme las tetas, me encantaba que hicieran eso, me acariciaba los pezones con cuidado pero con precisión. Nunca creí que mi mejor amigo tuviera tantos dotes. Aparte de todo, tenía una verga de los Dioses, que, como bien yo sabía debido a que nunca el sexo fue un tabú para nosotros, era de unos celestiales 21 centímetros. Me sentía viajando por la luna con cada embestida.
    
    Tuve que empezar a gritar cuando decidió que lamerme las tetas era buena idea, y si que lo era. Me agarró de las nalgas y me abrazó un poco contra sí para empezar él mismo a moverse bajo mi cuerpo. Me penetraba con fuerza, salvaje, y perfecto. Grité su nombre antes de venirme y él me la sacó, en el proceso me acariciaba el culo. Cuando terminé me levanté para quitarme el camisón de seda y lanzarlo a donde fuera que cayera. Lo miré y me agaché hasta que mi cabeza estuvo al nivel de su pene erecto. Le hice una mamada.
    
    Lamí, acaricié y chupé hasta que me dijo que iba a venirse. Sus fluidos se deslizaban por mi mano y yo seguí de arriba abajo más lento. Me quitó la mano ...