-
Desayunando al Botones (Tras la despedida se soltero 4)
Fecha: 31/05/2021, Categorías: Gays Autor: Pidroso, Fuente: SexoSinTabues
... los pubs y afters del centro. También subieron los del grupo de la despedida a sus habitaciones. Joder, iban bastante tajas la verdad jajajaja. Los trajes ya no estaban tan bien compuestos y me pareció ver a tres que subían especialmente cachondos entre ellos mientras esperaban el ascensor. Era un chico bastante alto y mono más o menos de mi edad, con un tiarrón de media melena muy morboso y un pelirrojo alto y cuadrado. Me excité viendo como disimuladamente se tocaban y se reían mientras el resto ni se empanaba del rollo que se traían. “Aquí hay tema seguro”, pensé mientras me sonreía. Jose me guiñó un ojo antes de subir al ascensor y yo asentí. No se me había olvidado que en un rato aparecerían las tres señoritas que les calentarían la noche aún más si cabe, esto lo pensé viendo de nuevo el cachondeito que se traían los tres de marras jejeje. Puntuales como un reloj suizo llegaron las tres muchachas. Aunque tuve muy claro desde siempre que las mujeres no me atraían sexualmente tengo que reconocer que eran tres chicas atractivas y con unas curvas pronunciadas. A una de ellas la conocía del campus, y ella a mí. Hablamos mientras les llamé al ascensor. Estudiaba Químicas y curraba de stripper en despedidas y eventos para pagarse la carrera. Sacaba, me dijo, más pasta que en cualquier otro curro y se metía en su papel el ratito de la actuación y ya. Su chico también era stripper por lo que al llegar a casa los findes se comentaban como habían ido sus actuaciones y que tipo de ...
... personajes habían tenido como público. En el ascensor me preguntaron el número de tíos que estaban en la despedida y que pinta tenían. Les comenté mis impresiones y las dejé en la puerta de la habitación acordada con Jose. Al entrar de nuevo al ascensor ya escuché los gritos, risas y aplausos de los machotes que estaban dentro. Estaba de nuevo en la puerta del hotel, esta vez fumándome un piti cuando salieron; serían cerca de las cuatro y media y mi conocida de la Uni me pidió un cigarro y se quedaron todas a fumar un rato conmigo. Estaban contentas, aunque alguno había insistido en que se quedaran un rato más, habían sido muy respetuosos cuando de negaron y el que por sus descripciones entendí que era Jose les había dado cien euros de propina a cada una, con lo que la noche les había salido guay. Me comentaron que cobraban cada una doscientos limpios por actuación una vez restada la comisión del quince por ciento de la agencia de despedidas que las contrataba. Acabamos el piti y se marcharon en un taxi que les pedimos desde el Parador. Al entrar pensé fugazmente en la pasta que se debían dejar estos en la despedida. Realmente era peña desahogada económicamente, a lo poco se habrían pulido tres o cuatro veces mi salario mensual. La última hora del curro normalmente se me hacía pesadísima, solía mirar el reloj siete u ocho veces y el tiempo no me pasaba. Ese día especialmente, realmente estaba decidido a ir a la sauna al salir y ya tenía ganas de que llegase la hora. Estaba ...