1. Solo apariencias


    Fecha: 31/05/2021, Categorías: Lesbianas Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... perversidad, mi pija se elevó de golpe, fui sobre su concha y se la enterré profundo, mientras la cogía ella hablaba con su marido, era demasiado, cortó y me apartó de golpe de su lado, entonces empezaría la segunda parte de la historia
    
    Pará! pará! mi marido está llegando, subiendo por el ascensor!
    
    Me desesperé, no supe que hacer, que decir, hipnotizado, ella tomó el control de la situación y me dijo:
    
    Si me haces caso, todo va a salir bien, metete bajo la cama!
    
    Parecía un tonto principiante y ella una experta, en segundos me escondió y pateó toda mi ropa bajo la cama, acomodó las sábanas de forma que llegaran al piso, me quería morir.
    
    La sentí lavarse, acomodarse y disimular la situación perfumando el lugar, pronto escuche la voz de sus esposo, había tenido un problema y por eso cambió de planes, los escuche discutir, era obvio, que hacía ella vestida así?. Zulema le recriminó lo poco que la cogía por lo cual daba riendas sueltas a su imaginación, y palabra va, palabra viene minutos después estaban ambos cogiendo sobre el colchón.
    
    Nunca había pasado por una situación similar, el tipo cornudo estaba a centímetros de donde yo estaba, tenía terror y transpiraba sudor frío, pero por el otro la excitación me enloquecía, el colchón se hamacaba hacia arriba y hacia abajo, ella gemía, él le decía palabras sucias, adiviné como se la daba por la concha, como se la daba por el culo, sentí algún juguete vibrando, y lo sentí disfrutar acabándole en la boca, ...
    ... pidiéndole que tragara hasta la última gota, y yo muriéndome con mi verga dura.
    
    Tiempo después reinó el silencio, se apagaron las luces, pensé que debería pasar ahí toda la noche, pero pronto el tipo comenzó a roncar, entonces ella me tocó y me hizo salir, como pude, en la oscuridad, tratando de llevar toda la ropa sin hacer ruido, me faltaba el calzoncillo y las medias, Zulema me susurró al oído que después de una buena cogida ni un terremoto despertaría a ese hombre.
    
    En puntas de pie fuimos a la cocina, me cambié como pude y entre sonrisas cómplices nos despedimos, ella me tomó del brazo y me dio un terrible y último beso en la boca, lengua contra lengua, en ese momento intuí que era otra de sus perradas puesto que yo sabía que minutos antes había tomado toda la leche de su marido.
    
    El tiempo pasó, cada vez estuvimos más cerca, ella, cada vez más distanciada de su marido, se divorciaron y tiempo después ocupé su lugar.
    
    Hoy llevamos una hermosa vida de pareja, Zulema es una puta en la cama y me hace feliz, en la empresa sigue siendo esa chica callada que trabaja en un rincón.
    
    Recordamos con picardía lo sucedido esa noche y como al día siguiente me había devuelto la ropa que había quedado oculta, no podemos dejar de imaginar que hubiera pasado si su marido descubría mi escondite.
    
    Solo me queda una espina clavada, todas las noches antes de dormirme no puedo evitar mirar bajo la cama…
    
    Si te gustó la historia y eres mayor de edad puedes escribirme con título ‘Solo ...