Alicia 24/25
Fecha: 08/06/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues
Alicia 24/25 Mi diosa tenía la vista fija en el cuchillo que rápidamente preparaba la picada, no levantaba los ojitos para que pueda interrogarla con la mirada, hasta que largó: Durante el recreo le estaba preguntando a Martita dónde compraba esos modelos de pollerita tableada, que ella quería una también ya que le quedaban muy bien haciendo juego con la bombachita rosada. En ese instante se quedaron congeladas, ¿ cómo podría saber mi hija el tipo de prenda que usaba Marta ? Reparó su descuido diciendo en tono de confesión que estaba lavando los platos y accidentalmente miró hacia el sillón donde estábamos viendo televisión, que Martita tenía las piernas separadas y se le veía la bombachita mencionada. Para hacer más creíble su relato agregó que yo la miraba enamorado y que agaché la cabeza muchas veces para darle besos en la boca, que su papito parecía un novio embelesado con esos labios dormiditos. Al menos no le había contado toda nuestra experiencia, pero me sentí en evidencia. Martita ni se inmutó y con carita dulce quiso saber porqué no la había besado estando despierta, que ella miraba novelas y era normal ver gente besándose, que aveces ella imaginaba estar entre los brazos del galán televisivo mientras la besaba apasionadamente. Sus palabras casi hacen que me arroje sobre ella para besarla despierta, pero mi cielito aceleró su trabajo con el cuchillo, con saña convertía un chorizo colorado en finas rodajas y me miraba de reojo. Yo pensaba que podría ser otro chorizo ...
... el que estaba recibiendo su furia, un chorizo que se guardaba en la heladera abotonando la puerta. Parece que mi chiquita me permitía participar en todo tipo de juegos, pero siempre ella debería ser el centro de atención. El notar mi desesperación por besar la boquita de Marta no le gustaba mucho. Alicia llevó el plato a la oficina pidiendo que vayamos picando hasta que esté la comida, salió con pasitos rápidos sintiéndose incómoda con mi mirada fija y de rodillas, esperando abrazar a una muñequita rubia. Esta vez no quiso treparse a la silla, se puso cerquita y casi susurrando me dijo que era lindo lo que le había hecho, pero que la había privado de sentir mis besos al atacarla dormida. No sabía si abrazarla fuerte estrujándola entre entre mis brazos o dedicarme a su boquita, me decidí por lo último y tomé suavemente su carita para besarla, estaba entornando los párpados y le mordí la punta de la naricita para que abra bien los ojitos. Esbozaba una sonrisa con esos labiecitos mientras recibían a los míos. Un fuerte carraspeo nos trajo a la realidad, no sé cuánto tiempo estuvo mi hijita parada en la puerta esperando que terminásemos y se estaba impacientando. Martita jadeaba recuperando la respiración que le había cortado de tanto besarla mientras mis dedos aún estaban entrelazados con la rubia cabellera. Le dediqué una mirada a Alicia como implorando su perdón, creo que ella comprendía el irresistible magnetismo que ejercía la cara de su compañerita. Nos sentamos a la mesa y ...