HERMANOS SIN TABU 5 (OTRA VEZ CON PAPI)
Fecha: 07/11/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues
Mi madre fue por otra botella de vino, y en el tiempo que tardó, las tres nos pusimos a charlar sobre lo que estaba pasando y si queríamos ir más allá con esta especie de locura, porque eso era: ¡una locura! Todas estábamos calientes, especialmente mi hermana gemela, a la que le habíamos metido todo el dildo por el coño. La inocente Estefy, con su piel totalmente blanca, ahora estaba muy roja y sudaba un poco, de modo que prendimos el aire acondicionado del cuarto. Lorena, tranquila como siempre, no le veía lo malo a lo que estábamos haciendo. En cuanto a mí… bueno, me costaba creer lo que sucedía, y en cierta forma quería detenerme y a la vez no. —Entonces ¿paramos o no? —pregunté finalmente. —Yo digo que llevemos esto hasta el final, o sea, hasta que tu papá y hermano vuelvan —dijo Lorena. —Yo no tengo problemas en seguir jugando —manifestó Ángela, y Estefy, bueno, como le estaba dando pequeños besitos al dildo como si fuera su juguete, ya me sabía su respuesta. —De acuerdo, seguiremos, pero hay que decirle a mamá que lo que pase no debe salir de aquí ¿de acuerdo? Todas aceptamos, e incluso entre nosotras tomamos la promesa de no contarle a nadie más. Mi madre llegó un rato después con una nueva botella de vino y tres copas más. Nos sirvió una a cada una y las tomamos en pequeños sorbos. A Estefy, que no le iba mucho el alcohol, dejó su bebida de lado. —Y bien —comenzó mi madre —¿seguimos jugando? ¿a quién le tocaba girar? —A mí —se apresuró Ángela y giró la botella. Ésta ...
... vez le apuntó a mamá. —Reto. —Creo que a estas alturas no tiene caso preguntar —mencioné. —Te reto a… masturbar a Andrea. La cara se me encendió de sólo imaginarme a mi propia madre haciéndome eso. Por otro lado, yo sí que estaba caliente y con la decisión de continuar y que todo quedara en secreto, no me pude resistir. Mi mamá se acomodó detrás de mí rápidamente y yo me deshice de mis shorts y de mis tanga. Por si eso no fuera suficiente, ella me despojó del camisón, de tal forma que en un dos por tres estaba totalmente desnuda frente a ellas. —De acuerdo, aquí voy. No tengas pena, cariño, que soy tu madre. —¿Pena? ¿quién dijo pena? Me dio un beso en el cuello. Sentí un delicioso escalofrío cuando su lengua recorrió la piel de mi garganta. Poco a poco, su mano izquierda empezó a descender de mi hombro, delineando mis pechos, dirigiéndose al estómago hasta que finalmente llegó a mi estrecha entrada. En el momento que sus dedos se abrieron paso entre mis labios, dejé de ser su hija para convertirme en un mero ser que estaba ardiendo por dentro. Ella comprobó mi virginidad y se sorprendió. Todas, de hecho. —Estás muy mojada… mi hermosa nenita, qué caliente estás por dentro. Sus dedos se movían en círculos por todo mi coño. Yo cerré los ojos y arqueé la espalda para atrás mientras ella aumentaba la velocidad. Sin que pudiera hacer algo para detenerla, su boca cubrió la mía e intercambiamos una serie de besos franceses tan ardiente que me sentí en la puta gloria, y todo gracias a ...