1. HERMANOS SIN TABU 5 (OTRA VEZ CON PAPI)


    Fecha: 07/11/2017, Categorías: Incesto Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    ... Entonces… ¿te arrepientes? —No —me reí —. Fue… lindo. —¿Lindo? ¡Jaja! Deberías decir que fue intenso. A mí también me gusto. Chupas bien. Que tu papá te diga eso es extraño, aunque como hija, más extraño todavía. —¿Quieres ir a ver el amanecer a otro sitio? —¿A dónde, papá? —Sígueme. Subimos al coche. El camisón se me corrió un poco y mostró mucho mis piernas. Mi padre lo notó y durante todo el trayecto, inocentemente tenía sus manos sobre mis muslos y me acariciaba a penitas. Claro que yo ya estaba oliendo sus intenciones y me reía disimuladamente. Quise contarle que anoche mamá me dio la mejor masturbada de mi vida, y que me sentí tan unida a ella porque era capaz de hacerme sentir así de bien, y que también comenzaba a sentir algo diferente por él. Papá me llevó hasta un sitio alejado y se estacionó cerca de una palmera. Bajamos y caminamos tomados de la mano un poco antes de detenernos en una playa tan tranquila y justo frente al sol, que ya comenzaba a asomarse. Tendió una toalla y nos sentamos. —Entonces será un bello amanecer —dije, esperando a que él hiciera lo que fuera que se estaba proponiendo. No sucedió así. Durante unos minutos nos la pasamos en silencio, viendo como el sol salía por encima del horizonte. —¿Vamos a nadar un poco, hija? —No traje bañador. —Pues… podemos quitarnos la ropa —sugirió con mucha cautela. Yo me lo pensé dos veces porque naturalmente mostraba un poco de resistencia ante la idea de estar sin ropa frente a mi propio padre. Claro que… no ...
    ... fue tanta, y al final, en el fondo, esperaba que sucediera algo. —Está bien. Ni bien decirlo, mi padre se quitó la camisa y sus shorts. Su gran polla no estaba erecta, pero sí pude ver como se le inflaban las venitas por la sangre. Yo me sonrojé y aparté la mirada. Me quité el camisón y también las bragas. La brisa sopló y me enchinó la piel. Volví la vista a mi papá y él, sonriente, movió las caderas y su pene se balanceó graciosamente. —Bueno, vamos a mojarnos un poco. —¿Y si nos ven? —Aquí nadie viene. Tranquila, hija. Tomados de la mano caminamos hasta el agua, que estaba entre fría y templada. Las olas a penas rompían contra la arena. Nos sumergimos unos cuantos metros porque el nivel era bajo. —¿Y bien, Andrea? ¿qué se siente bañarte desnudo con tu padre? —Pues… raro, pero bien —dije con una tonta risa. —Mira. El sol ya está saliendo más rápido. Permanecimos uno junto al otro viendo como la mañana aparecía. Era tan hermoso y a la vez un espectáculo lleno de romance. No supe en qué momento la mano de mi papá, por debajo del agua, me tocó una nalga. Me reí y le miré con cierta coquetería. Fue entonces de que me di cuenta de que era un hombre muy atractivo, un maduro a toda regla, y no como los tontos muchachitos que me pretendían en la escuela. —¿Qué andas tocando? —Sólo compruebo cómo has crecido. Bien, bien. Se sentía genial tener una mano grande tocándome el culo. —Vamos a la arena —sugerí, cuando una extraña fuerza me movió. Tomados de la mano regresamos a la playa y ...
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