1. De cuando me atreví con un trío (Capítulo IV)


    Fecha: 07/11/2017, Categorías: Dominación / BDSM Autor: AndresM, Fuente: CuentoRelatos

    ... hombres que me parecieron simpáticos y agradables. Nunca lo había hecho antes.
    
    El acompañante se bajó del auto, y me ofreció su asiento, mientras él se acomodaba en el asiento de atrás. En cuanto me subí, el chofer acarició la parte interna de mi muslo, y me dijo "no te preocupes, lo vamos a pasar muy bien". Acto seguido, arrancó el auto y efectivamente, un poco más adelante se detuvo frente a un edificio, nos bajamos y nos dirigimos a la puerta. Entramos al ascensor, e inmediatamente el chofer se puso a mi espalda, me abrazó por la cintura y refregó su pelvis contra mis nalgas, mientras el otro se ponía al frente y me estampaba un soberano beso, justo cuando el ascensor se detenía.
    
    Entramos al departamento, y mis anfitriones me ofrecieron un whisky, para relajarme. Me senté en el sofá, con uno de ellos a cada lado, y entre caricias y sorbos, hablamos de las delicias del sexo entre hombres. Me dijeron que alquilaban ese departamento para sus escapadas, pues sus mujeres acostumbraban a juntarse con amigas, a "descuerar" a sus conocidos y conocidas. Después de terminar nuestro trago, me invitaron a pasar al dormitorio, donde empezaron a quitarse la ropa, siguiendo yo su ejemplo.
    
    Los tipos se veían físicamente muy bien, levemente velludos, y mientras uno tenía una poronga bien cabezona, como una callampa, el otro la tenía más gruesa, pero no monstruosa. Yo soy moreno, muy lampiño. Los únicos pelos en mi cuerpo se agrupan en mi pubis, los que mantengo bien cuidados, ...
    ... recortados, y me afeito la base del pene y las bolas, desde que una amiga en mi juventud me reclamó por los pelos que se le quedan en la boca cuando me hacía un oral.
    
    Ambos tipos se extasiaron con mi cuerpo. Me acariciaban de pies a cabeza, congratulándose por haberme invitado. "Que piel más suave tienes, pareces una adolescente" "Eres lo más rico que nos ha tocado" decían entre otras exclamaciones de placer. Yo, por supuesto, estaba terriblemente excitado.
    
    El tipo del callampón me invitó a mamárselo, lo que hice sin dudar, saboreando esos jugos pre seminales que mojaban su glande, mientras el otro se entretenía acariciando mis nalgas, mi espalda y mis muslos. Al cabo de un rato, retiró su pene de mi boca, y sacó del cajón del velador unos condones y un tubo de lubricante. Se calzó el condón y cambió de lado con su compañero. Estando yo de vientre en la cama, empezó a lubricar mi ojete, un tanto sorprendido por encontrarlo tan apretado cuando me insertó sus dos dedos embadurnados. "Parece que este culito ha sido poco transitado", dijo con una sonrisa. "Hace mucho tiempo que no me dan. También soy casado y mis oportunidades son escasas" le dijo yo. "Suerte la nuestra y la tuya, porque te podrás desquitar de todo el tiempo que has estado inactivo".
    
    Para qué voy a mentir. Cuando me clavó esa cabezota, un "¡hooommmm!! surgió de lo profundo de mi pecho, deseando que pasara luego por mis anillos anales y se acomodara más al fondo. Ambos se rieron de buena gana y comenzó el ...