1. De cuando me atreví con un trío (Capítulo IV)


    Fecha: 07/11/2017, Categorías: Dominación / BDSM Autor: AndresM, Fuente: CuentoRelatos

    ... delicioso bombeo, como un pistón que se abre paso en mi cilindro. El que estaba ahora al frente puso su verga gruesa en mi boca, ahogando mis quejidos. Pronto pasó esa primera sensación, y empecé a gozar como loco. A veces retiraba su pene de mi boca para escuchar mis gemidos, los que al parecer lo excitaban mucho. Así estuve un buen rato, siendo culeado por ese hombre maravilloso, hasta que finalmente se dejó caer sobre mi espalda, y haciendo sonar mis nalgas con sus embates, se vino estremecido con varios empellones deliciosos. Luego me lo sacó, se irguió, retiró su condón y se fue al baño, mientras yo apretaba mi culo para que se cerrara.
    
    El otro cogió otro condón, tomó mis piernas y me viró de espaldas a la cama. Me dijo "quiero ver cómo goza tu cara de putito con mi tranca". Levantó mis piernas, se acomodó entre ellas y se puso el condón. Apunto su glande a la entrada de mi culo y empezó a introducirlo lentamente. En seguida sentí que mis esfínteres, aunque aún lubricados, se resistían al embate, pero inútilmente. Su polla fue penetrando inmisericorde, apretadamente, mientras yo echaba mi cabeza hacia atrás con los ojos cerrados y mis manos se agarraban convulsivamente de la sábana. Se detuvo un poco con la polla entera en mi culo y se inclinó sobre mi rostro para premiarme con un beso bien lengüeteado. "¿Cómo lo estás sintiendo? ¿Está rico? ¿Te dolió mucho?" preguntaba.
    
    Me repuse rápidamente y le respondí con una sonrisa de satisfacción. "Está delicioso, me ...
    ... costó un poco, pero ya me siento en el cielo". "Ahora te voy a llevar al paraíso" me dijo sonriendo. Puso mis piernas dobladas a sus costados y me empezó a coger apoyado en mis rodillas. Después se inclinó apoyado en sus brazos, y yo crucé mis piernas sobre su espalda, siguiendo el ritmo de su mete y saca. El otro amigo, que ya había salido hacía rato del baño, se divertía viéndonos coger tan deliciosamente. Después de un rato interminable, él se irguió más y cogió mi pene con una mano, empezando a masturbarme, lubricado por mi líquido pre seminal. No demoré mucho en venirme, expulsando mi leche por sobre mi vientre y mi pecho, que él se encargó de esparcir dejándome todo embadurnado en mi propio semen.
    
    Luego levanto mis dos piernas juntas delante de él, las abrazó y besando mis pantorrillas aceleró su vaivén hasta que arqueándose hacia atrás, se corrió con varias embestidas maravillosas. Si no hubiera sido por el condón, seguro que inundaba mi culo completamente. Se retiró sujetando el condón con una mano y se fue al baño, haciéndome una seña de "bieeen" con la otra. Después fui yo. Me tuve que duchar para sacar todo el semen de mi cuerpo y el lubricante de mi culo, sintiéndolo súper sensible después de ser tan friccionado por ambas vergas.
    
    Cuando salí, ellos ya estaban casi vestidos, y me ofrecieron amablemente dejarme donde yo quisiera, a lo que aproveché para pedirles que me dejaran en la puerta de mi hotel. Al entrar en la recepción, me parecía que el personal y los ...