1. Mi segunda verga: la antesala a mi primera doble (1a parte)


    Fecha: 09/11/2017, Categorías: Gays Autor: RodrigoMH, Fuente: SexoSinTabues

    ... aguanto las ganas- dijo mientras con sus grandes manos me tomó suavemente del cuello, acarició mis mejillas con sus pulgares y me jaló con fuerza y delicadeza a la vez hacia él. Me clavé en sus ojos color miel, noté como sus pómulos se sonrojaban y vi acercarse unos labios húmedos y perfectos hacía mí. Al rozar los míos sentí un choque eléctrico en todo mi cuerpo. Me besaba suavemente, escuchaba su respiración mientras seguía sosteniéndome con fuerza. Yo respondí a ese beso mágico, que entonces solo podía comparar con los de Ricardo: siempre lo hacía con fuerza, de manera bruta y viril, eso me encantaba, no lo niego, pero esto era totalmente nuevo para mí. Joaquín era diferente, mucho más joven, sin barba, besaba con suavidad y determinación a la vez. Era el segundo hombre que besaba en la vida y me volvió completamente loco: su piel era exquisita, la manera que tenía de mover la lengua, estaba en las nubes. Mordió mi labio con delicadeza y me miró fijamente y fue cuando sentí mi verga humedecerse y me excité de sobremanera. Mostró su sonrisa perfecta, me tomó y me sentó sobre él: no hice más que apoyar mi culo, para en el acto dar un salto, recién reparaba en su paquete ¡Era enorme! –Lo siento, no puedo controlarme- dijo riendo –Llevo un año esperando esto- Miré hacia abajo por el lado y vi como la punta de su vergota se asomaba por debajo del short, era muy larga pensé, más que la de Ricardo (imposible evitar comparaciones entonces, si había sido el mi único hombre). ...
    ... Joaquín me abrazó y siguió besándome de manera espectacular, yo ya me había calentado enormemente y me sentía fuera de control. Jamás me había imaginado con un chico tan guapo. Cuando nos conocimos, yo solo pensaba en mi tío, jamás le había mirado con ojos más allá de la amistad y ahora que lo tenía allí, con mi culo a rozando su paquetote, mi mundo daba vueltas. Luego de varios minutos besándonos, comenzó a moverse punteando mi culo. Yo respondí de inmediato cabalgando suavemente sobre él y sincronizando movimientos. Nuestras respiraciones se aceleraban ruidosamente y el calor ya no se soportaba. Cogí su sudadera y se la quité, él hizo lo mismo con mi polera. Tenía ante mí ese espectáculo humano, una escultura renacentista: pectorales y abdominales perfectamente definidos. Aún me recuerdo recorriendo cada una de las líneas que dibujaban sus músculos, que no eran sobredesarrollados, estaban en una proporción perfecta para sus 20 años. No aguanté y comencé a besarlo completo: recorrí su cuello y mordí suavemente en él, de inmediato dio un espasmo y se aferró a mí con fuerza, sentí un placer enorme por estar descubriendo sus zonas erógenas con facilidad. Cogió mis caderas con más fuerza y restregó su pelvis contra mi culo –Quítate el pantalón ¿ya?- dijo me manera tierna y caliente. Recién entonces me acordé de Ricardo y el jockstrap que traía puesto para él. Tenía un revoltijo de emociones y sensaciones, sentí que lo engañaba. ¡A la mierda! Él había dispuesto de todo para que pasara ...
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