1. El inquilino 2, continuacion


    Fecha: 04/07/2021, Categorías: Infidelidad Autor: mirutalo, Fuente: SexoSinTabues

    ... suplicármelo. Me acerqué hasta él mirándolo a los ojos adivinando sus intenciones y mostrándole las mías. Todo quedó claro cuando sin decir palabra me arrodillé a sus pies y sin perder contacto visual comencé a desabrocharle el cinturón del pantalón. El pobre permanecía incrédulo dejándose hacer y regocijándose por mis ganas. -Yo…, esto…, Sandra no sé que pretendes pero yo…- musitó al comprobar mis intenciones. -Chissst, calla- lo mandé callar pues no quería que interrumpiese el magnífico silencio. Por mi parte procedí despacito, saboreando la situación y nunca mejor dicho. Tras desabrocharle el cinturón tiré del bajo de los pantalones apareciendo ante mis ojos unos calzoncillos blancos que tantas veces había lavado y me resultaban hasta familiares. Lo cierto es que estaba ridículo con esas pintas de no ser porque mostraba una erección incipiente por mi culpa y eso me enorgullecía. Luego tiré de la goma del elástico para descubrir como un resorte ante mis ojos una polla que cimbreó agradecida ante mi liberación. Me detuve para mirarlo a los ojos deleitándome con su impaciencia. -Por favor, Sandra, a mi nunca…. - confesó el maestro. -¿A ti nunca qué?- quise saber intrigada por sus palabras. -Nunca me la han chupado- terminó por confesar cabizbajo. Me sonreí al escuchar sus palabras y comprobar una vez más lo fácil que había resultado lograr mi objetivo. Un estallido de morbo brotó en mi interior al saber que iba a ser la primera mujer que se la mamase a ese madurito ...
    ... interesante y tan falto de experiencias. Así que sin más agarré su miembro entre mis manos y procedí a meneársela tímidamente disfrutando del momento. Tras una docena de veces me preguntó. -¿Sucede algo?, ¿no vas a chupármela?. Lo entiendo yo…- preguntó ansioso por que procediese de una vez. En respuesta acerqué mi lengua y simulé cierto pudor. ¡Que mala soy!, simulé ser una mojigata cuando en realidad estaba destapando lo mejor de mi misma como mujer que sabe hacer gozar a un hombre cuando se lo propone. Hice lo justo para rozar su glande con la punta de mi lengua y comprobar su sabor. Un inconfundible olor a macho me penetró por las fosas nasales al mismo tiempo que saboreaba la punta de su pene. En ese momento me asaltaron las dudas. Era un paso del que no estaba segura si quería dar. Una cosa eran inocentes pajas entre juegos y otra muy distinta practicarle una felación a alguien que no era mi marido. -Yo… esto…. Sandra…. No lo olvidaré en la vida. No sabes lo feliz que me harías- pronunció Miguel entre suspiros como adivinando mis pensamientos. Lo miré por última vez intentando salir de dudas y entonces lo tuve claro, su mirada me lo dijo todo. Lo estaba deseando con toda su alma, como podía negarme a infundir tanta felicidad a aquel pobre hombre que tanto me había ayudado en mi vida. Sin pensármelo dos veces recorrí con mi lengua de abajo arriba toda la longitud de su miembro. Procedí con una segunda y tercera pasada antes de engullir su polla en mi boca. Quise tragar cuanto pude ...
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