1. Celos


    Fecha: 07/07/2021, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... siquiera mire. Creo que la atendió Agustín, que ese día le tocaba trabajar conmigo, yo substituía a Mariana, me lo habían pedido el jefe y ella casi implorándomelo; como me quedaba 20 minutos de relax, seguía disfrutando mi desayuno sin prisas.
    
    Parece que a la señora le gustaba el café muy caliente, cuando fue a probarlo se quemo los labios y del brinco el café fue a dar a su elegante traje de ejecutiva, a mi me dio cierta gracia ver como se había puesto cuando nuestras miradas chocaron, se levanto recogió sus papeles y fue directo a mi mesa con su portátil, me miro con una mirada fría y agrego.
    
    _ ¿Pareces disfrutar las desgracias ajenas?
    
    Yo me reí de sus palabras que en ese momento me sonaban de lo más trágicas.
    
    _ Seguro es una desgracia que se te haya caído el café en la falda, debería ser duelo nacional. ¿Tu no crees?
    
    Me extermino con la mirada, puso en mi mesa su portátil, cuando se iba la agarré del brazo y con una visual muy seria y profunda le dije señalando el portátil y sus pertenencias.
    
    _ ¿Y eso? ¿Qué significa?
    
    _ Voy al baño y eres la única que puedes mirarlo. Me dijo con cierto fastidio
    
    _ Por favor..., se dice ¿Por favor vigilas mis partencias? _ Le dije como arrastrando las palabras, enfatizándolas y mi mirada se hizo más fuerte mientras mi mano la tenía sujeta del brazo, un leve giro a mi cara acerco ligeramente mi dedo índice al oído, y exclame
    
    _ No te oigo.
    
    Su mirada se hincó en mis ojos y su cara daba impalpables temblores de ...
    ... ira, dijo después de unos instantes de juicio.
    
    _ ¿Por favor... me cuidas estas cosas? Con un gesto intento marcharse pero la detuvo mi mano que seguía aferrada como un garfio a su brazo, me miro como interrogándome.
    
    _ Gracias...,_ espere unos segundos su respuesta y añadí_ sigo sin oírte.
    
    Su silencio se hizo agudo, sutil, casi doloroso y finalmente dijo.
    
    _ Gracias. Solté su brazo y la deje marcharse roja de furia.
    
    Termine mi desayuno y al ver que no llega deje sus pertenecías al cuidado de Agustín, cuando regrese a incorporarme a mi trabajo ya se había marchado.
    
    _ La conoces _ me pregunto Agustín visiblemente interesado había visto todo el desarrollo de nuestro encuentro y pensó que en cualquier momento íbamos a acabar dándonos puñetazos y él se veía interviniendo.
    
    _ En mi vida la he visto, llego el otro día metiéndose con todo el mundo, como hoy vamos, y todo le caí mal, todo le molestaba, se quejaba por todo, e incluso quiso quejarse al jefe.
    
    _ Yo creo que es la mujer de un amigo de Antonio uno que se llama José Ramón.
    
    _ Ya, pero es una antipática y una insoportable la tía, yo nunca la había visto aquí.
    
    _ Si, yo si; a veces ha venido a buscar a su marido, pero no se porque vine tan a menudo últimamente y sola, teniendo en cuenta que trabaja muy distante; el marido me dijo que trabaja en el algo de finanzas, creo que es economistas.
    
    _ Ha venido varias veces no es mucho, pero a mi parecen muchas, ojala que no venga más.
    
    Pero no fue así, cada ...
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