1. En la sala ¡Con mi madre en casa!


    Fecha: 08/07/2021, Categorías: Masturbación Autor: Lilqueen, Fuente: CuentoRelatos

    Alejandro y yo llevamos ya poco más de 4 años de relación en los que hemos vivido grandes momentos, muchas aventuras y una que otra fantasía sexual cumplida, como la que ahora les contaré.
    
    Era viernes por la noche y yo había llegado de la universidad bastante agotada, así que cuando mi novio me envió un whatsapp preguntándome qué se me antojaba hacer, yo le contesté que sólo quería pasar un rato juntos, que podíamos pedir algo para comer a domicilio y quedarnos en casa hablando de nuestros días, contándonos cualquier cosa y riéndonos como solíamos hacerlo cuando recién nos hicimos novios. No sé si por complacerme o porque también él estaba cansado, me dijo que le gustaba mucho ese plan, que en unos minutos llegaba a mi casa.
    
    Aunque por mi mente no pasaba nada más que lo acordado, soy de las que piensa que se debe mantener la llama encendida, con o sin sexo. Así que me coloqué una mini falda y una blusa de tiras, ambas cosas bastante ajustadas, lo que resaltaba mi figura. Tengo una cintura pequeña, caderas anchas, un gran trasero y piernas gruesas, pero muy definidas. Así que imaginarán cómo me quedaba ese atuendo.
    
    Sin más, Ale llegó y parece que venía ya algo calentón, porque al verme su expresión sólo dejaba algo en evidencia: quería hacerme el amor en ese instante. No demoró en decirme que estaba hermosa, que me deseaba y que me haría el amor de mil maneras de no estar mi madre en casa. En repetidas ocasiones me pedía favores, como que le diera algo de tomar, que ...
    ... colocara su teléfono a cargar o que le alcanzara cualquier cosa que se le ocurriera. Yo sabía que lo hacía para verme y me encantaba ese juego, así que de vez en cuando dejaba caer alguna cosa para agacharme delante de él y mostrarle un poco el hilo que llevaba y tanto le gustaba. Notar cómo me miraba con tanto morbo me hacía sentir tan deseada que sin darme cuenta ya estaba muy mojada y excitada. Entre besos y caricias, las ganas aumentaban y veía como su enorme pito iba poniéndose cada vez más duro.
    
    Ale quiso evadir un poco la situación contándome algo que le había pasado en la mañana, pero yo ni podía escucharlo. Mi mente sólo pensaba en que quería que me metiera su pito una y otra vez. Así que lo interrumpí con un salvaje beso en los labios, seguido de chupetones en el cuello. De repente le dije al oído "cogeme ya, aquí". No puedo describirles su expresión, pero imaginarán lo excitado que estaba mi hombre. En segundos su pito volvió a estar duro como roca. Sin dejarlo ni reaccionar, me senté de espaldas encima de él y movía mi culo de un lado a otro, sintiendo ese trozo enorme rozarme. Él me besaba el cuello, masajeaba mis tetas, tocaba mi cuerpo, por mis caderas, mis muslos...
    
    Me volteé y lo besé en los labios, el cuello y poco a poco fui bajando hasta llegar a su pantalón. Lo desabroché y su pito saltó de golpe. Lo tomé entre mis manos, lo besaba, lo lamía, le daba chupetitos y lo masturbaba. No tuve que esforzarme mucho con eso, por lo duro que ya estaba, pero ...
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