1. Blanca Navidad


    Fecha: 10/07/2021, Categorías: Lesbianas Autor: Dianita96, Fuente: CuentoRelatos

    ... cada uno de ellos, embalsamados en pequeños botes de vidrio grueso, con etiquetas que anunciaban el olor encarcelado por el vidrio. Pero de todos esos potecitos, solo uno le llamo tanto la atención que no podía dejar de mirarlo de lejos. Se atrevió a acercarse y a oler miedosamente desde el otro lado del tapón que lo apresaba. Y en ese momento fue cuando apareció la señora que gestionaba la tienda.
    
    «Señorita, veo que siente profunda curiosidad por ese pequeño y antiguo bote de perfume. Le recomiendo que se lo lleve, si es así, pues no muchos son capaces de encontrar esta pequeña y humilde tienda. Y cuando alguien la encuentra, normalmente es por alguna razón.»
    
    Lara no entendió la razón por la cual sentía como un mensaje oculto tras las palabras de esa señora avanzada en edad, de pelo blanco y largo. Pero si que sabía que se sentía atraída por ese potecito que albergaba la colonia. «A qué huele?» preguntó Lara con una voz que parecía no querer salir de su garganta. «A brea, entre muchos otros aromas que endulcen el característico olor de este elemento.» Sin duda el preció parecía más que razonable por ese potecito que la había encandilado, y aun tenia ahorros disponibles, y para qué servían si no era para gastarlos en lo que quería? «Me lo llevo» dijo, ahora si, confiada. «Muy buena elección señorita» respondió la vieja «pero creo que tengo que avisarle de una cosa… Todos estos perfumes que puede ver, tienen algo especial, cada uno reacciona de una forma diferente con ...
    ... la piel a la que se adhiere, y por lo tanto su olfato reaccionará también diferente… Quizás en algún momento piensa algo que no acostumbra a pensar o quiere hacer algo que nunca ha hecho, es, al fin y al cabo, lo que hace especiales a estos perfumes». Lara pensó que toda esa historia solo era una forma de publicitar su producto, una forma de que ella volviera otra vez a esa pequeña y descuidada tienda.
    
    Salió de la tienda rápida y ágil, deseosa de que fuera mañana para regalarle lo comprado a su novio. Al salir del callejón abrió por fin el potecito de esa colonia y lo olió, era un aroma fuerte, característico. Pero le encantaba. Humedeció un poquito sus dedos y los pasó por sus muñecas y por la comisura de su cuello, contenta y ansiosa. Realmente parecía que el olor cambiaba sutilmente al que había percibido anteriormente, y quizás la señora tenía algo de razón, pero no le dio importancia y empezó a andar entre la multitud, escuchando más fácilmente que de costumbre lo que hablaban los transeúntes. «Que palo mañana la comida familiar! En serio que no me apetece» «Cariño, estoy hiendo hacia casa, ya has llegado tú?» Y entre todas esas pudo percibir la de un chico que hablaba por teléfono con su novia, en voz baja, y andando hacia la misma dirección que ella. «Cariño… para… estoy en medio de la calle, no me hagas esto… y qué quieres que te diga? Notas el calor subiendo de tus pies a tu cadera por los muslos? Nótalo, siéntelo amor.» Sin comprender que pasaba solo por escuchar ...
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