50 AÑOS
Fecha: 11/07/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues
... que jugaba para los dos bandos. Y en la intimidad con Laura solíamos bromear al respecto, yo solía darle celos con ella y ella me respondía con el clásico ‘le gustan las mujeres’, y entrábamos en un sinfín de charlas provocativas y juguetonas, de seducción implícita que nunca llegaban a ninguna parte, solo jugar con fantasías de cosas que nunca sucederían. Y es que nada era casualidad, éramos clientes del negocio de Rocío y la confianza del tiempo nos había llevado a un trato demasiado sugerente, con palabras en doble sentido y ella se mostraba demasiado exultante al hablar conmigo, pero también al hacerlo con Laura, como dejando obvias demasiadas cosas… Pero Laura no permitiría algo así, que su hombre estuviera con otra mujer, los juegos siempre serían solo juegos, al menos es lo que siempre había creído… Yo nunca imaginé que a mediados del año pasado, en mi cumpleaños número cincuenta Laura me daría el regalo que me dio… Ese Sábado tendríamos un almuerzo íntimo, en casa, ya hacía un par de años desde que nuestras hijas habían volado con sus parejas, la mayor ya nos había hecho abuelos, solo el querubín aún vivía bajo nuestro techo, pero el hacía su vida y generalmente solo venía al anochecer. Al llegar del trabajo, un exquisito olor a salsa que escapaba por la ventana llegó a mi olfato, abrí la puerta y Laura me recibió casi colgándose de mis hombros con un enorme beso en la boca, alcancé a notar unas calzas blancas que me enloquecen por lo que instintivamente mis manos ...
... se aferraron a los cachetes de su hermosa cola, entonces ella en una actitud evasiva se separó de mi lado y me dijo Mi amor… tranquilo, tenemos visitas… A un costado, sentada a la mesa, Rocío nos miraba en silencio, enrollando sus cabellos entre sus dedos, ella solo sonrío al verme, e inevitablemente mis ojos se fueron a sus pechos, que estaban exquisitamente visibles, tapados apenas lo suficiente por una musculosa roja de amplio escote. No entendí mucho el juego, porque nos llevábamos muy bien con la petisa, pero no había motivos para que estuviera almorzando en nuestro hogar, a menos que… En fin, pasé al baño, me lavé las manos y la cara, imaginando no sé cuántas cosas, y al salir tuve que disimular una marcada erección, me senté a la punta, a un lado Rocío me miraba con hambre, al otro, mi esposa servía unos exquisitos fideos con salsa. Y las mujeres llevaron la charla por un camino caliente, con indirectas, con sonrisas, con miradas, pero yo no podía ir más rápido que Laura, debía dejar que ella llevara las riendas. En un momento, mientras yo bebía unos tragos de vino, mi esposa se levantó y fue hasta la cocina que quedaba un par de metros más adelante, dándome la espalda, inconscientemente mis ojos se perdieron en la redondez de su culo perfecto, notando como una pequeña tanga se perdía en su raya, se veía tan puta, y eso me encantaba… Una mano de Rocío se apoyó en mi muslo, muy cerca de mi verga, no lo vi venir, y solo logró que me ahogara con vino, para reír con la ...