1. Las Hermanas de mi Novia IV


    Fecha: 13/07/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Xander_racer2014, Fuente: SexoSinTabues

    ... aprovechó para quitarse el sujetador y las braguitas, únicamente se dejó puesta su pequeña cadena de oro. Volvió a dejarse caer de rodillas ante mí y con una mano puso mi polla entre sus tetas. Su canalillo se encontraba muy mojado por su saliva, así que enseguida empezó frotar mi polla con sus pechos. Eran tan generosos que no le hacía falta utilizar sus manos para juntarlos, con apretar sus brazos contra su torso era suficiente para mantenerla en su sitio. Estuve a punto de correrme, pero era el momento de embestirla bien fuerte, como a ella le gustaba. Se subió al sillón encima de mí y usó su mano para guiarla dentro de ella. Como de costumbre, su coño estaba cálido y muy lubricado. Siguiendo la tónica que había llevado hasta el momento, Ana empezó a cabalgar fuertemente, haciendo que sus pechos y su culo, el cual sujetaba yo fuertemente con mis manos, se movieran de forma acompasada. Sinceramente, fue uno de los polvos que más me ha costado aguantarme y no correrme en toda mi vida. Si hubiera sido por mí habría terminado en treinta segundos, pero sabía que ella quería y sobretodo, se merecía más. Así que como pude intenté ignorar las gotas de sudor que corrían por su ...
    ... canalillo, sus pezones duros, todo aquello que deseaba de su cuerpazo. Tras varias posturas volvimos a la inicial, pero en esta ocasión me daba la espalda, y no pude evitar deleitarme con la sensual curva que seguía la forma de su columna. Sabía por qué ella había elegido esa posición. Le estiré el pelo, cosa que le encanta, la atraje a mí y usé mi mano para masturbar su clítoris. En menos de diez segundos ya estaba lista para correrse, y yo con ella. Ya conocía sus gemidos y sabía cuando se encontraba preparada. En cuanto comenzó a correrse, no pude aguantar más y me dejé llevar, llegando al orgasmo con ella. Pocas veces me corría dentro de ella, pero la ocasión lo merecía. No lo habíamos hablado, pero ambos sabíamos que nos encantaba corrernos así. A mí me ponía muy cachondo sentir sus contracciones sobre mi polla al correrme, y ella disfrutaba sintiendo mi cálida semilla dentro de su cuerpo. Fue una corrida larga e intensa por ambas partes, no dejamos de movernos de forma acompasada hasta que el orgasmo hubo terminado completamente. Se dejó caer de espaldas sobre mí, aliviada. Giró su cabeza, sus pecas me miraron y me dijo: -Gracias. No sabes cuanto necesitaba esto. (Continuará) 
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