Caridad o Infidelidad - Relatos Eróticos

Caridad o Infidelidad

... esposo era muy posesivo y no le gustaba que saliera mucho, en fin el esposo, mi hijo, no tenía mucho tiempo, pero las pocas veces que nos veíamos recordábamos los viejos tiempos, la última vez que lo vi fue cuando falleció mi tía, hace dos años.

Me dirigí a su casa, que vive en el Callao, en un barrio maleado santa marina, a una cuadra de su casa un grupo de hombres me comenzó a piropear, “que rico culito chaparra” y otras cosas, me hacían gestos señalando sus hombros, como que allí querían poner mis piernas, mi cuerpo temblaba, aceleré el paso y llegué a la casa de mi tío, al tocar me abrió mi primo, “hola Sandrita que bueno que vienes, mi papa siempre te ha querido mucho, se va alegrar de verte”, mirando al suelo su cara cambió, “mira Sandrita, él ha cambiado mucho, el infarto cerebral le ha paralizado la mitad del cuerpo derecho, no puede hablar, tenemos que ayudarlo para hacerlo comer y para todo lo demás, me entiendes, lo malo es que está deprimido y no quiere comer, como que se ha dado a la pena, como que quiere morirse”, yo estaba paralizada escuchándolo, “él está despierto y se hace entender cuando quiere algo”.

Cuando entramos a su dormitorio, me quede paralizada al verlo, de hombre fornido alto, había perdido por lo menos 20 kg, estaba sentado en un sillón grande, me miró y por sus ojos me pareció que se alegraba, “um um um um”, eran todos los sonidos que salían de su boca, le tomé la mano izquierda que si la movía y al tomarla él me la apretó, ...

... comencé a conversarle, él me miraba, en eso sonó el celular de mi primo, “no sé cómo hacer tengo que llevártelo a la universidad”, en eso me mira, “Sandrita un favorsote, tengo que ir a la universidad un par de horas, puedes quedarte con mi papa, yo regreso volando, anda di que sí”, mire a mi primo y sonriéndole le dije, “anda nomas, que yo me quedo con mi tío Jorge, que les debo mucho, lo hago con mucho gusto, pero vete ya, y no te demores”, mi primo salió volando, me quede solo con mi tío. “caramba tío Jorge qué pena que volvamos a reunirnos en estas circunstancias, pensar que todo lo que hemos hecho juntos, siempre fuiste mi héroe”, estuve como 10 minutos hablándole recordándole las épocas de mi adolescencia y todo lo que me enseñó.

En eso noté que se empezó a poner inquieto, como que respiraba rápido, en eso con su mano izquierda me señaló el papagayo para orinar, me quede aturdida no sabiendo que hacer, ahí me acordé todo lo que esta persona había hecho por mí, era mi hora de corresponderle, él estaba solo con una batita blanca que con la justas le cubría la rodilla, tome el papagayo con una mano y con la otra levante la bata, no pude evitar quedarme sorprendida por el tamaño de ese pene, era tremendo y eso que estaba fláccido, reaccioné y acerqué el papagayo, y lo metí dentro, él comenzó a orinar gran cantidad, cuando me di cuenta que había terminado retiré el papagayo “muy bien tío, ahora voy a botar esto al baño, regreso enseguida”.

(Continuará)