1. Begoña: pasión inconfesable


    Fecha: 28/07/2021, Categorías: Zoofilia Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... hice vida personal. ¿De que sirve cumplir tus sueños si no tienes con quien compartir esa alegría?. Por suerte no tenía un trabajo al que volver a toda prisa, era mi día libre, solo que en vez de ir al cine, ó alquilar una película, me quedé allí sola, llorando por haber sido tan tonta. Escuché entonces un gemido a mi lado y vi a Kiko mirándome con tristeza.
    
    -Hola mi amor. Mamá esta triste, pero no pasa nada ¿vale?. Estoy bien.
    
    Gimió de forma lastimera un par de veces viendo mis lágrimas. Le rasqué la cabeza y le di mimos. Él me lamió un poco la cara haciéndome cosquillas y me hizo sonreír un poco. El bueno de Kiko me sacó un poco de la tristeza en la que había caído. Mientras le rascaba, desfilaron por mi mente las imágenes de la noche pasada e intenté comprender como era posible que aquello, siendo algo tan perverso, me hubiera gustado tanto, y me pregunté también si sería posible que Kiko pudiera hacerme lo mismo. Lo cierto era que en aquel momento necesitaba evadirme de todo. Necesitaba sentirme bien. Quería huir de aquel dolor.
    
    -¿Quieres mimos eh?...Que cariñoso eres guapetón…
    
    Le hice un par de caricias por el lomo y bajé a su vientre y como siempre que yo hacía eso, él se echó en el suelo para dejarse acariciar. Estuve haciéndole carantoñas unos minutos, y buscando un modo de evadirme del dolor, mi mano bajó hasta su oculta verga, acariciando lentamente para excitarlo. Kiko pareció no molestarse por las intenciones de su ama, todo lo contrario. Seguí ...
    ... acariciando hasta ver asomar una gran polla rojiza de considerable tamaño. Caí en la cuenta de que nunca había llevado a Kiko de perras para que se desahogara, pobrecito mío. Bueno, ahí estaba yo para aliviarle. ¿Quien mejor que su propia ama para satisfacer sus necesidades?. Con cuidado de no lastimarlo toqué su polla para notarla, la pajeé un poco sintiéndola en todo su esplendor y Kiko resopló un poco diciéndome que le estaba gustando lo que le hacía. Deslicé el cinturón de mi albornoz, abriéndolo a los lados para que me viese desnuda. Me sentí ponerme húmeda mientras masturbaba a mi perro, pero realmente húmeda. El gran tamaño que tenía y lo caliente que estaba me tenían en trance. Dejé de sobarle y volví a echarme en el sofá, recostándome un poco y abriendo mis piernas para dejarle mi vulva a la altura de su hocico. Él se levantó del suelo, se puso entre mis piernas olfateándome y sin que le dijera nada, se puso a lamerme. Al primer lametón perdí la noción de la realidad y gemí de puro goce. No había sentido nunca nada igual. Su lengua me saboreaba con rapidez, mis jugos le volvían loco y me puse cachonda. Quedé allí un buen rato dejando que me lamiera y me probara el tiempo que hiciera falta. El placer que me estaba dando me puso tan caliente que mis mejillas volvían a arderme de lo excitada que me tenía.
    
    -Aaaaaahh aaaaaaaahh aaaaaaaaaah aaaaaaah aaaaaahh aaaaaaaaahh…lámeme bien mi amor…bébete los jugos de tu ama querida…dale Kiko dale…mmmmmmmm…
    
    Me relamí varias veces, ...
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